miércoles, 28 de diciembre de 2016

Blanca navidad... (3).




Anoche miro facebook ya acostado antes de dormirme, un aviso, Acción Poética Colombia retransmitiendo en directo una conferencia de Alejandro Jodorowski, cosas de la modernidad, me la tragué enterita, hasta las 12:30, trasnoché por Jodowski, qué mal suena eso, fenomenal la entrevista, dijo cosas muy interesantes en las que yo ya he pensado en ocasiones, en lo de la psicomagia no creo demasiado, habló del ego como si él no lo tuviera y enorme, es una especie de santón a lo Osho, se ganaba al público muy hábilmente, simpático, bueno uno también ha utilizado ciertas técnicas en su momento, las conoce, me vi reflejado, así, a cuerpo galante, toda intervención pública tiene algo de payasada, inevitable, no se puede evitar si uno habla de uno poner el foco en uno, con lo cual resulta algo petulante, sobrevaloramos lo nuestro, también acaba uno contando batallitas, como el abuelo porreta, he subido la conferencia a mi facebook, podéis verla allí, os gustará, salvo por esos puntos negros es muy interesante en general como el personaje, mucho factor tarima sobre todo en las preguntas, especialmente en la respuesta a la primera se subió mucho a la parra, se creció como suele decirse, habló también de Dios, del pecado, la fornicación, del mundo, el tarot, los extraterrestres, etc, etc, etc... Me recordó al principito de Saint-Exupéry pero con 86 años. La referencia que hizo a que cada uno tiene que ser su propio padre me hizo sonreír recordando mi reciente poema Autopadre.

Me quedé dormido inmediatamente después de dejar de escucharle, me chocó cómo apelaba continuamente a que ya tiene 86 años, pero dijo cosas muy interesantes sobre la edad, muy ciertas, muy diferentes a la idea que se tiene hoy en día sobre las personas mayores, me apunto, aún con 30 años menos me apunto.

Lo anterior no tiene nada que ver con la navidad pero para compensar os diré que el sábado 24 por la mañana felicité la navidad a la quiosquera de mi barrio, la pobre ya no sale del quiosco del frío que hace, le di un par de besos pero no podía entretenerse porque llegaba la furgoneta del reparto y allí se quedó, me dijo: gracias cariño, yo le toqué el abriguito de felpa de leopardo y me llevé todo el espíritu navideño en el corazón, como en un cuento de Andersen.

el paseante de la navidad

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