lunes, 24 de noviembre de 2014

Decíamos ayer. Enero 2013 (3). El placer sexual y otras historias.

lunes, 21 de enero de 2013


Decíamos ayer. The dream of the cat y otras historias. Enero 2012 (2).

jueves, 26 de enero de 2012


Don't leave me this way...


Don't leave me this way
I can't survive, I can't stay alive
Without your love, oh baby
Don't live me this way
I can't exist, I will surely miss
Your tender kiss
So don't leave me this way

Oh baby, my heart is
full of love and
desire for you
So come on down and do what
you've got to do
Your started this fire
down in my soul
Now can't you see it's
burning, out of
control
So come on down and satisfy the
need in me
Cos only your good loving can set me
free

Don't leave me this way
I don't understand how I'm at your
command
So baby please don't leave me this
way.

Don't leave me this way
Cos I can't exist
I will surely miss
Your tender kiss
So don't leave me this way

Oh baby, my heart is
full of love and
desire for you...

Don't leave me this way
Cos I can't survive, I
can't stay alive
Without your love, oh baby
Don't live me this way
I can't exist, I will surely miss
Your tender kiss
So don't leave me this way

Oh baby, my heart is
full of love and
desire for you..

Jimmy Somerville

6.080 visitas al blog!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


6.080 visitas al blog en 5 meses de vida!!!!!!!!!!!!!!!!!

Desde más de 10 países diferentes!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

432 entradas a vuestra disposición!!!!!!!!!!!!!!!!!!

La mejor literatura, las mejores poesías, la más elevada inspiración, lor artículos más interesantes, las reflexiones más sabias, Madrid, los libros, la Alcarria, flores, erecciones, ninfomanías, camareros, la revolución francesa, Onassis, Jackie O. y la Callas, María Antonieta, Luis XVI, Axel de Fersen, la buganvilla, el 15 M, la visita del Papa, pintura, música, ópera, el mejor cine, los mejores fragmentos literarios, las mejores lecturas para el fin de semana, las semblanzas, las canciones, el amor, el desamor, la vida, la alegría, el optimismo, el pesimismo, la soledad, la muerte..., el dolor, los vinos, los restaurantes, los paseos por la ciudad, la naturaleza, las ensoñaciones, los pensamientos, las reflexiones, Elena Francis, José Ramón Carballo, el paseante, the paseante, the paseant, jr, yo...
El blog, el blog de el paseante, el blog más caro del mundo, el mejor blog, the must of the blogs, el blog de moda, el New York Times de los blogs, el blog de blogs, the gourmet blog, the delicatessen blog, the blog of the stars.
Aquí seguimos 5 meses después de su fundación el 22 de agosto de 2011 con motivo de la visita de su santidad el Papa Benedicto XVI a Madrid.
Y seguiremos, seguiremos, yes, we must go on, yes we can, of course we can...
But I need you girls&boys, I need you so...
You must be my boys&girls for ever, of course?
Please don't leave me now.
Don't leave me this way...
Kisses,
The paseant


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domingo, 22 de enero de 2012


Gloria Martín Pérez. En el recuerdo.

Hoy hace un mes que mi mejor amiga nos dejó.
No sé cómo decirlo, no quiero decirlo, no soy capaz de escribirlo ni de verbalizarlo.
Todas las palabras me parecen vacías para expresar este sentimiento de pérdida, de soledad, de desamparo.
Este sentimiento que en lugar de ir perdiéndose va creciendo cada día.
No imaginé que fuera a resultar tan terrible, no creí estar tan poco preparado para afrontarlo, hasta que no llega algo así no se sabe realmente lo que otra persona significa para uno.
La foto de la imagen es un recuerdo, se la tomé una nochevieja que pasamos juntos hace muchos años, recuerdo que fuimos a Pachá, qué tiempos aquéllos...
Resulta curioso que cuando eres joven el tiempo no exista y te parezca que siempre vas a tener a las personas a las que quieres junto a ti, ni lo piensas siquiera, lo das por hecho sin más.
La vida es pérdida, ya lo sé, lo vengo experimentando, debo tratar de asimilarlo.
¿Asimilarlo?
Lo intento.
Pero es difícil, muy difícil.
El tiempo todo lo cura y todo eso...
Pero uno va dejando de ser el que era, y aquel joven que tomó esta foto ya no existe, la vida lo fue cambiando.
Noto desde que Gloria no está como que me he quedado desnudo, no sé explicarlo, antes tenía como una especie de coraza alrededor que me protegía y ahora ha desaparecido, noto que todo me toca de una manera especialmente intensa, como si me hubiera fundido con el mundo y no tuviera piel.
Es una sensación extraña, difícil de explicar.
¿Y qué hacer?
Seguir viviendo.
¿Por qué?
No sé, aunque descubras la trampa a la vida hay que seguir viviendo, es lo único que tenemos por aquí abajo, la vida, y eso mientras la tenemos.
Encontrarle sentido a la vida cuando sucede algo así es difícil.
Los creyentes tenemos a Dios, el más allá, todo eso, y todo eso consuela.
Uno piensa que es egoismo en realidad su tristeza, que si Dios quiere llevarse consigo a alguien, allí es donde mejor va a estar, en el reencuentro con Dios.
Pero el problema es esto de aquí abajo, a veces uno en el sufrimiento no ve el sentido de la vida, tan dura, tan cruel, tan inhumana.
Quería decir algo, tenía que decir algo, y creo que es suficiente, o sería más preciso decir que soy incapaz de decir nada más.
Glori, mi amiga Gloria en el recuerdo por siempre.
José Ramón Carballo López.

lunes, 16 de enero de 2012


Me voy de vacaciones!!!!!!!!!!!!!!!!!! Once again...

Sí, así es, me voy de vacaciones hasta el lunes día 30 de enero, dos semanitas de vacaciones invernales.
¡Cuántas vacaciones tiene el paseante!, ¿verdad?
No, no es eso, tiene las normales, lo que sucede es que se las toma a última hora siempre.
Le gusta disfrutar del placer de demorar el placer.
Por cierto, no os alarméis que no me voy de crucero, la foto es una licencia poética, nada más, no están las cosas como para embarcarse en nada.
Os voy a echar de menos, sé que siempre digo lo mismo pero es verdad, sin vosotros, queridos seguidores y amigos, no sé ya vivir.
Nos vemos a la vuelta con energías renovadas.
Aprovechad para repasar contenidos antiguos del blog, entradas ya clásicas, ensoñaciones, poemas, pensamientos, cine, libros, viajes, reflexiones, paisajes, mascotas, semblanzas, pintura, arte, flores, erecciones, ninfomanía, camareros, el reloj de la Puerta del Sol, crisis económica, Elena Francis...
No sé, repasad lo que más os guste, volved a releer tanto y tan bueno como hay en el blog, o leer por primera vez aquellas entradas hoy ya clásicas que no pudísteis leer en su día por falta de tiempo.
El tiempo..., su falta..., nuestro mayor enemigo o nuestro mayor aliado, según se mire...
Yo ahora voy a tener tiempo para poder hacer lo que me apetezca...
Ya os contaré a la vuelta.
Un beso para todos y tranquilos que el futuro está preñado de ideas, no os voy a abandonar, vuestro paseante no os abandonará nunca.
Os quiere,
el paseante

Mi amigo Gonzalo. Semblanza.

Parece un santo, ¿verdad?
Tan puro, tan elevado, con esa cara de buena persona.
Yo era así cuando hice la comunión, luego me eché a perder.
Gonzalo, mi amigo Gonzalo, es el único amigo "normal" que tengo, ¿Y eso que significa?, pues que el resto de mis amigos son raros como yo, ¿pero todos los demás son raros?, todos, ¿sin excepción?, sí, sin excepción...
Hay algún otro de mis amigos que se cree normal y esos son precisamente, los que se quieren hacer pasar por normales, los más raros.
A la postre los raros-raros somos más normales que los raros-normales, no sé si me he liado.
Bueno, volviendo al tema, a Gonzalo le admiro, lo primero por aguantarme como amigo desde hace algo así como 20 años más o menos, lo segundo por seguir siendo mi amigo pese a mis ausencias, ¿y qué es eso de las "ausencias"?, pues que a veces desaparezco.
Típico de el paseante, claro, se va de paseo...
Volviendo al tema de nuevo, le admiro, representa todo lo que yo no soy, lo primero, ya lo he dicho, es normal, lo segundo es un feliz padre de familia y esposo abnegado, lo tercero es Ingeniero de Caminos e Ingeniero Informático (mucha matemática para mí), lo cuarto que es mucho mejor persona que yo.
Así podía seguir hasta el infinito, imaginaros cómo será Gonzalo que es mejor que el paseante, ¡menuda cura de humildad para el pobre paseante!
Pues así es, nada de esto lo digo por decir, lo creo fervientemente.
Yo siempre tengo además amigos mejores que yo, así con su ejemplo voy haciéndome mejor.
Mis amigos raros también son mejores que yo porque son más raros que yo y de ellos aprendo las mieles de las complicación, origen del pensamiento y de la escritura.
Mis amigos son todos como personajes literarios, menos Gonzalo que es un amigo real y no un personaje de ficción.
Bueno, Gonzalito, que a ver si quedamos a comer, y a ver si voy a ver a tus niños de una vez, y a ver si de paso soy mejor amigo.
Y gracias por tenerme esa paciencia que demuestras con mis "rarezas".
Muchos abrazos,
the paseante


viernes, 13 de enero de 2012


El paseante sigue su camino.

Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero…, sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.

León Felipe

Ser un icono. Audrey Hepburn.

"Tenemos la impresión de que su vida es más excitante que la nuestra, un poco más fascinante, un poco más bendecida por los dioses. Es lo que la convierte en un icono. Hay algo en esta persona, no simplemente belleza. Tiene personalidad, gusto, humor. Tiene un universo del que nos gustaría formar parte y, cuando estamos con ella, en cierta manera sentimos que vivimos más intensamente. Hay personas así..."

Helmunt Newton

El poema nº 81.

La rosa nº 81 de mi jardín (la última rosa de este otoño).
Poema 81
Después de escribir el poema 80
Me siento incapaz de escribir el 81
No tengo ningún pensamiento
Ningún sentimiento
Ninguna emoción
Que me inspiren
Las musas no están ya junto a mí
¿Se terminaron los poemas?
Tal vez mañana llegue una nueva inspiración
Y sea capaz de escribir el poema 82
Porque el poema 81 ya quedó escrito
Fácil
Hablaba el poema de la incapacidad del hombre
Para tener inspiración
Y de unas musas que de improviso se ausentan
Sin avisar, y regresan de igual manera
Cuando menos se las espera
Para escribir, a través del poeta
Sus bellos poemas
Viene a probar el poema 81
Que un poema es como un suspiro
Algo involuntario
Un poema es un suspiro del alma

José Ramón Carballo - Suddenly poems.

Algunas ensoñaciones más (2). Rousseau.


Prefiero ser un hombre de paradojas que un hombre de prejuicios.
La conciencia es la voz de las almas, las pasiones son las voces del cuerpo.
Las injurias son las razones de los que tienen culpa.
La única costumbre que hay que enseñar a los niños es que no se sometan a ninguna.
Las ciudades son el abismo de la especie humana.
El hombre es un milagro sin interés.
Es muy difícil pensar noblemente cuando no se piensa más que para vivir.
El vicio rara vez se insinuó oponiéndose a la honradez; casi siempre toma el disfraz de ésta.

Las ensoñaciones del paseante solitario
Jean Jacques Rousseau

Bonjour tristesse (2).


Adiós tristeza.
Buenos días tristeza.
Estás inscrita en las líneas del techo.
Estás inscrita en los ojos que amo.
Tú no eres exactamente la miseria,             
pues los más pobres labios te denuncian
por una sonrisa.
Buenos días tristeza.
Amor de los cuerpos amables,
potencia del amor ,
cuya amabilidad surge
como un monstruo incorpóreo.
Cabeza sin punta,             
tristeza bello rostro.

Paul Eluard

La lectura del fin de semana. La montaña mágica. Thomas Mann.

Thomas Mann.
El hombre no sólo vive su vida personal como indivuduo, sino que, consciente o inconscientemente, también participa de la de su época y de la de sus contemporáneos, así que, por más que considerase las bases generales e impersonales de su existencia como bases inmediatas, dadas por naturaleza, y permaneciese alejado de ejercer cualquier crítica contra ellas, como era el caso del buen Hans Castorp, era muy posible que sintiese su bienestar moral ligeramente afectado por sus defectos. El individuo puede tener presentes toda clase de objetivos personales, de fines, de esperanzas, de perspectivas, de los cuales extrae la energía para los grandes esfuerzos y actividades; ahora bien, cuando lo impersonal que le rodea, cuando la época misma, a pesar de su agitación, en el fondo está falta de objetivos y de esperanzas, cuando ésta se le revela como una época sin esperanzas, sin perspectivas y sin rumbo, y cuando la pregunta sobre el sentido último, inmediato y más que personal de todos esos esfuerzos y actividades - pregunta planteada de manera consciente o inconsciente, pero planteada al fin y al cabo -, no encuentra otra respuesta que el silencio del vacío, resultará inevitable que, precisamente a los individuos más rectos, esta circunstancia conlleve un cierto efecto paralizante que, por vía de lo espiritual y moral, se extienda sobre todo a la parte física y orgánica del individuo. Para estar dispuesto a realizar un esfuerzo considerable que rebase la medida de lo que comúnmente se practica, aunque la época no puede dar una respuesta satisfactoria a la pregunta < <¿para qué?>>, se requiere bien una independencia y una pureza moral que son raras y propias de una naturaleza heroica, o bien una particular fortaleza de carácter. Hans Castorp no poseía ni lo uno ni lo otro, y no era, por lo tanto, más que un hombre mediocre, eso sí, en uno de los sentidos más hermosos del término. (La Montaña Mágica. Thomas Mann. Páginas 50 - 51. Editorial Edhasa)

Mortal y rosa.

Sólo encontré una verdad en la vida, hijo, y eras tú. Sólo encontré una verdad en la vida y la he perdido. Vivo de llorarte en la noche con lágrimas que queman la oscuridad. Soldadito rubio que mandaba en el mundo, te perdí para siempre. Tus ojos cuajaban el azul del cielo. Tu pelo doraba la calidad del día. Lo que queda después de ti, hijo, es un universo fluctuante, sin consistencia, como dicen que es Júpiter, una vaguedad nauseabunda de veranos e inviernos, una promiscuidad de sol y sexo, de tiempo y muerte, a través de todo lo cual vago solamente porque desconozco el gesto que hay que hacer para morirse. Si no, haría ese gesto y nada más. Qué estúpida la plenitud del día. ¿A quién engaña este cielo azul, este mediodía con risas? ¿Para quién se ha urdido esta inmensa mentira de meses soleados y campos verdes? ¿Por qué este vano rodeo de la muerte por las costas de la primavera? El sol es sórdido y el día resplandece de puro inútil, alumbra de puro vacío, y en el cabeceo del mundo bajo un viento banal sólo veo la obcecación vegetal de la vida, su torpeza de planta ciega. El universo se rige siempre por la persistencia, nunca por la inteligencia. No tiene otra ley que la persistencia. Sólo el tedio mueve las nubes en el cielo y las olas en el mar.
.
Mortal y rosa.
Francisco Umbral

jueves, 12 de enero de 2012


Todo a cambio de una amistad...


Yo soy rebelde
porque el mundo me ha hecho así
porque nadie me ha tratado con amor
porque nadie me ha querido nunca oír
Yo soy rebelde
porque siempre sin razón
me negaron todo aquello que pedí
y me dieron solamente incomprensión
Y quisiera ser como el niño aquél
como el hombre aquél que es feliz
y quisiera dar lo que hay en mí
todo a cambio de una amistad
y soñar, y vivir
y olvidar el rencor
y cantar, y reír
y sentir solo amor
Yo soy rebelde
porque el mundo me ha hecho así
porque nadie me ha tratado con amor
porque nadie me ha querido nunca oír
Y quisiera ser como el niño aquel
como el hombre aquel que es feliz
y quisiera dar lo que hay en mí
todo a cambio de una amistad
y soñar, y vivir
y olvidar el rencor
y cantar, y reír
y sentir solo amor.

Jeanette (cantante)

Mi regalo de reyes.


Menuda faena, esto me pasa por no pedir nada en concreto y dejar que decidan ellos mismos lo que me traen, pues van y me traen a este chavalito, al camarero de la churrería, ¿lo recordáis?
De verdad, cómo son lo reyes magos, imprevisibles, en lugar de traerme a una chavala de buen ver, van y me traen a este niño.
Que por otro lado es un tío estupendo y además me quiere un montón, se debe creer que soy como su padre.
Bueno, el caso es que me levanto por la mañana y le veo ahí al lado del árbol sonriéndome como si viera una aparición.
Y va y se me cuelga del cuello y de da un beso.
Un beso en la mejilla, que siempre estáis pensando en lo mismo.
Y me fijo mejor y le miro con detenimiento y veo que colgando del cuello lleva un manual de instrucciones.
Cómo son los reyes magos, no dejan de sorprenderme nunca, de verdad...
Y junto con el manual va una carta diciéndome que tenga cuidado con el chaval, que es un ser humano, que debo respetarle y portarme bien con él, que me conocen bien y saben que yo tengo una convivencia muy difícil, y que por eso el chico lleva un clausulado que debo firmar y devolver a los reyes magos.
Y que una vez aceptado el clausulado debo guiar mi conducta por el manual de instrucciones.
El chico está que se sale de la ilusión, todo viene al parecer porque él sí me pidió a mí a los reyes magos, y entonces éstos dijeron: pues ya está, se lo llevamos a el paseante que puso la decisión de su regalo en nuestras manos y así matamos dos pájaros de un tiro, y nunca mejor dicho lo de pájaros...
Bueno, pues por ahora muy bien, al parecer los reyes han pensado más que nada en que me voy haciendo mayor y claro voy a ir necesitando una ayuda en casa, vamos, como la ayuda domiciliaria del Ayuntamiento pero en plan prematuro.
Fantástico, me viene muy bien, el chico es un encanto, pero el problema está con mis amigos gays, ya os dije que mis mejores amigos son gays, son tan tiernos, tan cariñosos, entrañables, me quieren tanto...
Bueno, me querían hasta ahora, porque ha sido ver al chaval y se han puesto de uñas conmigo, están que rabian contra los reyes magos, todos ellos piden año tras año un niño parecido y nunca se lo traen, siempre aparece en su vida algún barrigón peludo de mediana edad, zafio e insolente, y dicen que yo sin pedirlo ni quererlo tengo a este Adonis total.
Y no les falta razón porque es un Adonis total, reconozco, aunque no me gusten los hombres, que el chaval parece salido del museo de escultura de Atenas.
Y además sabe hacer de todo..., en la casa, claro...
Siempre estáis pensando mal...
Besos,

the paseante

(entrada dedicada a mi amigo Julio)

miércoles, 11 de enero de 2012


Se equivocó la paloma.


Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.

Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.

Que las estrellas eran rocío;
que la calor, la nevada.
Se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.

(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.) 


Rafael Alberti

Qué hago ahora contigo.

Dónde pongo lo hallado
en las calles, los libros, las noches,
los rostros en que te he buscado.

Dónde pongo lo hallado
en la tierra, en tu nombre, en la Biblia,
en el día que al fin te he encontrado.

Qué le digo a la muerte tantas veces llamada
a mi lado que al cabo se ha vuelto mi hermana.
Qué le digo a la gloria vacía de estar solo
haciéndome el triste, haciéndome el lobo.

Qué le digo a los perros que se iban conmigo
en noches pérdidas de estar sin amigos.
Qué le digo a la luna que creí compañera
de noches y noches sin ser verdadera.

Qué hago ahora contigo.
Las palomas que van a dormir a los parques
ya no hablan conmigo.

Qué hago ahora contigo.
Ahora que eres la luna, los perros,
las noches, todos los amigos.
Silvio Rodríguez

The dream of the cat.

Mi gato duerme, se duerme mi gato, va soñando la vida mientras la vida discurre a su alrededor, él tranquilo se desconecta del mundo, se sube a la mesa y se queda tranquilamente, plácidamente dormido como si nada sucediera en ningún lugar del mundo, como si todo fuera paz, tranquilidad, bienestar y buenas noticias.
Él no sabe nada de la crisis económica ni sabe quién es Rajoy, tampoco le importa, no siente el deseo de conocer esas cosas, nunca he visto a un gato mirar a la televisión, "cosas de los humanos" parecen querer decir mientras vuelven la vista hacia otro lado, hacia una mosca que vuela por ejemplo, hacia las cosas realmente importantes de la vida.
El gato me incita a imitarle en su tranquila placidez de horas felices, sin deseo, sin afán, sin lucha, sin quimeras, feliz, tranquilo y satisfecho de su simple existencia de gato.
Los animales y las plantas saben "estar" en el mundo, sin querer cambiarlo a cada momento, sin querer transformarlo, sin querer conseguir nada que no sea lo imprescindible para sobrevivir, ellos "están", sin embargo el hombre con sus preocupaciones y su continua ambición no sabe "estar" en el mundo.
Sigamos el ejemplo del gato, desconectémonos del mundo y seremos más felices.
Seamos capaces de "estar" plácidamente recostados en el mundo sin más complicación.
el paseante

Books.


Books in my bedroom.
No sé ya donde meter tantos libros como tengo pero me gusta estar rodeado de ellos, me producen bienestar, una especie de efecto placebo, el conocimiento flota en torno a los tomos perfectamente alineados y multiplican en progresión aritmética tanto saber acumulado.
Mi casa es como un cerebro lleno de libros, un cerebro electrónico sin electrónica, lleno de hojas de papel impresas, la mayoría ya amarillentas, "cuando el tiempo se ponga amarillo sobre el papel de mis libros...", mis libros favoritos son los más vetustos, la celulosa va cambiando de color y en ocasiones pasa del amarillo al marrón, delicioso entonces releer el libro, se imagina uno volviendo al pasado, se imagina uno siendo el que ayer fue y leyó el libro.
Tengo un plan de relectura en función del color que va tomando el papel, cuando ya amarillo empieza a tornar en ocre es cuando hay que releerlo, ése es el otoño del libro, cuando va cediendo su imperio al paso del tiempo, entonces hay que rescatarlo y volver a extraer de él toda su savia de nuevo, toda su ancestral sabiduría.
Me duermo cada noche mirando esta pila de libros que humilde parece apoyarse contra la pared para descansar también, se duermen los libros a mi lado, a la cabecera de mi cama, y me van contando al oído todas sus historias, cuentos aprendidos del ayer, ingenio de otros que se transmite generación tras generación.
Creo que no hay obra mayor del hombre que el pensamiento que ha ido quedando en los libros esparcido y que se va transmitiendo de unos a otros, es inagotable, el libro es imprescindible en el saber, en el aprendizaje, en la reflexión.
Y pensar que todos los libros de mi casa cabrían en un aparato de esos que usan ahora para leer libros.
No podría sustituir a mis amados libros por semejante artilugio porque mis libros son una parte de mí, de mi geografía emocional, sentimental, intelectual, de las fases de mi vida.
Veo en el metro a los otros que leen en esos aparatos de leer libros y siento tristeza, entonces tomo entre mis manos aún con más fuerza el libro que voy leyendo y le prometo que nunca le abandonaré y que siempre le querré, y que volveré a él cuando sea viejo para leerlo de nuevo.
El libro, siempre el libro, claro.
el paseante

My favourite wine.


Viña Tondonia, por supuesto, cosecha de 1964, el mejor Rioja.
Lo recomiendo, no tiene nada que ver con otros vinos, está en otra dimensión.
Se diría que no es un vino sino un milagro.
Un milagro que sucede en el paladar.
En 1964 yo tenía 4 años y embotellaron este vino para que 47 años más tarde lo paladeara y disfrutara de sus armoniosos aromas.
Increíble, este vino nació casi a la par que yo y aún es el mejor.
Y es que con la edad tanto los vinos como las personas mejoramos, bueno, algunos, otros se avinagran.
Feliz degustación.
el paseante

¿La erección del miércoles? (5)


Se lo prometí a los reyes magos, ¿os acordáis?, en la carta a los reyes magos les prometí que no iba a tener más erecciones los miércoles, que iba a ser bueno.
Pero me pregunto cómo se puede controlar una erección, no sé qué hacer, lo he intentado todo y es inútil, cuanto más quiero evitarlo más me viene y más grande, potente y persistente es.
Mirad en qué estado estoy, peor que nunca y precisamente por querer contenerla.
La naturaleza es así, incontenible.
No sé qué hacer, la presión es ya insostenible como puede observarse.
¿Abrazos?
No, mejor no me abracéis, por lo que pueda pasar.
el paseante erectus


viernes, 18 de enero de 2013


Os deseo un happy weekend.

Os dejo mi foto para que podáis recrearos en su contemplación durante el fin de semana.

Feliz fin de semana amigos.

Un beso,

el paseante

Diario de un paseante. El placer sexual.




Diario de un paseante. 15-01-2013 20:30 ¿Sobre qué puedo escribir?
¿De qué se escribe cuando no se sabe sobre lo que escribir?
Mejor no escribir de nada tal vez, pero eso es difícil, uno siente la necesidad de escribir aunque no tenga tema, uno escribe con frecuencia por escribir sin más, como uno respira por respirar, respirar y escribir en mi caso son actos involuntarios y necesarios, me sumerjo en un mar de letras, palabras, frases, boqueo como un pez dentro del agua tragándome las sílabas y expulsando párrafos enteros, nuevos párrafos que ondulan las aguas, remansadas o bravas, de mis pensamientos.
A VECES SIENTO CIERTA ASFIXIA Y ES ENTONCES CUANDO DE MANERA MÁS FRENÉTICA RESPIRO Y ESCRIBO, ESCRIBO Y RESPIRO.
Pero volviendo al comienzo, repito:
¿De qué se escribe cuando no se sabe sobre lo que escribir?
Puedo hablar sobre mi vida pero eso no es muy interesante que digamos, para mí no lo es aunque tal vez para vosotros que no la conocéis tan bien como yo pueda serlo.
Podemos probar, os cuento, me encuentro fatal, algo normal en mí a veces, en otras ocasiones no, en otras ocasiones me encuentro fenomenal, los estados de ánimo son cambiantes, esto es algo que no deja de maravillarme, de un momento a otro puedo pasar de estar fatal a estar fenomenal, una sola palabra, un gesto, una mirada, alguna sorpresa imprevista, una noticia, pueden hacer cambiar la suerte de mi estado de ánimo.
¿Os ha interesado esto?
Yo creo que no mucho, se os ha quedado una cara un poco rara, como diciendo:
Este tío es un poco raro, a veces no le pillo bien lo que quiere decir, dice cosas como entre líneas, o tal vez no dice cosas entre líneas pero a mí me lo parece.
Vale, y qué es más importante, que yo diga cosas entre líneas o que a ti te lo parezca, te pregunto.
Y vuelves a poner la misma cara…
Este tío está loco pareces decir con tu gesto, pero te gusta escucharme, supones cosas en lo que me escuchas que no sabes si en realidad están dichas por mí con ese sentido o interpretadas por ti en ese sentido, es un poco lioso, el que escribe y el que lee, quién hace el verdadero acto creativo, ¿los dos?, seguramente, yo te despierto, te susurro, trato de enamorarte con mis palabras, de seducirte con mis pensamientos, la escritura es un cortejo, el escritor corteja al lector y éste se enamora, o no, depende, en ocasiones el escritor resulta repulsivo al lector, ¿te resulto yo repulsivo?, si te resulto repulsivo es porque lees en mí tu propia repulsividad y la rechazas.
Me he perdido, no sé por dónde iba ni a qué venía todo esto.
Los estados de ánimo, tal vez, sí, los estados de ánimo, en mi caso son muy cambiantes, o tal vez no tanto, a mí me lo parecen, me gustaría tener siempre el mismo estado de ánimo invariable y que fuera bueno, muy bueno mejor no, sería difícil resistir tanto éxtasis sin interrupción, me moriría de placer.
Morir de placer, qué delicia, ¿os lo habéis planteado alguna vez?, ¿será posible?, y no me estoy refiriendo solamente al placer sexual aunque tal vez sea el placer más puro en cuanto que es instintivo, animal, algo salvaje, morir haciendo el amor en un éxtasis de salvaje pasión, qué bien me ha quedado.
Creo que esto está degenerando, estoy desvariando, no quiero molestaros, tal vez a veces os molesto, perdonad, olvidar lo del placer sexual, es algo muy personal, privado, secreto, no quiero ser indiscreto, tampoco puedo serlo, no sé apenas nada al respecto, ni por edad, cultura, educación, condiciones físicas, psíquicas, ideológicas, creo estar muy capacitado para hablar del placer sexual, puedo fantasear al respecto pero nada más, habría, en todo caso, poca base empírica.
¿Y de qué hablamos entonces?
No sé, por ejemplo, últimamente me ha dado por pensar que me voy a morir pronto, que estoy enfermo, pero eso no es algo muy nuevo en mí, soy hipocondríaco, cada día renuevo mi lista de enfermedades imaginarias, sobre todo pienso estas cosas al acostarme por la noche, me abrazo al perrito entonces como si fuera lo último que voy a hacer en esta vida, y le digo que le quiero, luego nos dormimos, si me despierto por la noche, cosa que sucede a menudo, vuelvo a abrazarme a él, esto me tranquiliza, el perrito es como mi pareja, una pareja que no ronca ni da patadas en la cama, pero que a veces muerde, sueña cosas de perros y se debe creer que le atacan, entonces yo le acaricio para tranquilizarle y va y me muerde, pero me muerde sin hacerme daño, es un mordisco como de sueño, un mordisco falso, lo mismo ni me muerde y sólo se trata de un sueño mío, a veces noto como que se superponen los sueños del perro y lo míos, dos que duermen en el mismo colchón, cuando me muerde le saco de la habitación, luego le da por gemir y rascar la puerta con la patita y me siento un canalla.
¡Vaya noches que pasa éste! Lo que te digo, que está algo loco.
Sí, yo me considero algo loco, no mucho, un poco, a ratos algo más, es como lo de los estados de ánimo, parecido, a veces soy más loco y a veces menos loco, incluso en ocasiones no soy nada loco y en otras soy totalmente loco, como de camisa de fuerza, pero no lo exteriorizo, me controlo, sé controlarme, la procesión va por dentro.
Me maravilla cómo vuela la imaginación, en vuelo libre, es como un vuelo sin motor, me dejo llevar, ¿Ahora qué toca, dime?
No se me ocurre nada…, ah, sí, la muerte, claro, mi tema favorito últimamente, envejecer es irte haciendo más consciente de la muerte, de niño, de joven, la muerte no existe, luego, según creces, la muerte va ganando terreno dentro de ti, de tu pensamiento, y empiezas a envejecer, a mí la muerte me trastorna, la muerte y sus primas hermanas, la enfermedad, el sufrimiento, la incomunicación, la soledad, el olvido, todo eso me parece terrible, no sé si lo es realmente pero me lo parece, me lo parece porque estoy acostumbrado a otra cosa, estoy acostumbrado a lo contrario, estoy, hasta ahora, acostumbrado a la vida, pero poco a poco tengo que ir acostumbrándome a la muerte, a su idea, a convivir con su idea, tratar de asimilarla, de comprenderla, ¿será eso posible?
Pues sí que está éste animado hoy, mira que es raro, se le ocurre cada cosa.
Es que el invierno es un tanto triste, a mí me lo parece, prefiero el verano, el cegador verano, la playa, el sol, el calor, lo pienso y me derrito de placer, lo veis, el placer no es sólo sexual, volvemos al comienzo, hay placer de los sentidos, un placentero placer, valga la redundancia, el placentero placer del verano, estar tirado en la arena de la playa tomando el sol, no es igual que estos fríos mesetarios tan inclementes, no me gustan, son antiplacenteros, y yo busco el placer, si lo analizo lo que más me gusta es el placer, el placer de todo tipo, cualquier placer, y es que los placeres son siempre tan placenteros…
Ahora podía decir esa especie de tontería u ocurrencia que con frecuencia se me ocurre, y concluir diciendo:
Te amo placer.
Pues así termino sin más:
Te amo placer.
Hasta la próxima.
Se me acaba de ocurrir una última cosa, tal vez la muerte sea también un placer, como unas vacaciones perpetuas, no tienes que madrugar ni que aguantar al jefe, tienes tiempo libre para siempre, ¿podrá uno tirarse en la playa a tomar el sol?, me encantaría, mi idea del paraíso es ésa, una playa llena de gente, de niños jugando, sombrillas, toallas extendidas, olor a bronceador, silbidos de gaviotas, el ruido del oleaje, el olor a sal, mucho calor, y el agua fría, muy fría y tonificante, y mi idea del infierno es simplemente un invierno en Madrid, simple y llanamente un invierno en Madrid.
Creo que estoy deprimido.
El paseante

Las aventuras de Pumby (2). El coche de papá.




Las aventuras de Pumby. Diario de un niño franquista. El coche de papá.
Era un niño franquista, no me importa reconocerlo, un niño es siempre inocente, fui un niño franquista involuntario, ahora me doy cuenta, nadie me obligó a ser franquista en realidad, el franquismo estaba ahí y yo estaba dentro, simplemente, como un pez dentro de la pecera, bebía del agua del franquismo porque era la única agua que conocía, no sospechaba que podía haber otras aguas, otras peceras, y beber había que beber.
Blub, blub, blub, respiraba dentro de la pecera, no me asfixiaba, claro, era lo único que conocía, es como lo del mito de la caverna de Platón, yo sólo conocía las sombras y pensaba que ésa era la única realidad, no sabía aún que las sombras eran proyección de la realidad, no había aún salido de la caverna, tampoco sabía que existiera tal caverna y que yo estuviera dentro, como en la película El show de Truman, así fue mi infancia, el franquismo fue eso, como el show de Truman en todo un país, todo estaba preparado como en un gigante live show.
Me acuerdo ahora perfectamente de mi infancia, la edad tiene estas cosas, no me acuerdo de lo que he comido hoy y me acuerdo de Pumby, de la señora del collar de perlas y de las pastas llamadas de perro.
Un mundo que en el recuerdo parece irreal, un mundo pretérito, como una prehistoria anterior a la era Internet, los teléfonos móviles y el whatssap, un mundo de lápices y papeles, teléfonos de baquelita con dial y televisión en blanco y negro con sólo dos cadenas la uno y la dos.
Con Franco vivíamos mejor, no lo sé, yo viví muy bien, desde luego, tenía un buen nivel de vida, esto suena un poco chulo, como prepotente, pero es verdad, es cierto, papá tenía un buen trabajo, ganaba bastante dinero, mamá era la mejor educadora, cuidadora, psicóloga, cocinera, la más guapa, la más cariñosa.
No sé si contar esto será impopular pero con Franco nosotros vivíamos muy bien, no se pagaban impuestos, papá nunca hacía declaración de la renta, cuando hubo que hacerla un amigo se la hacía y era todo falso, bueno, espero que después de esto no le hagan una paralela, ya han pasado más de 40 años, teníamos un Seat 1430 tapizado en terciopelo gris y con reposacabezas, motor 1.600 Fiat, aquello iba como una bala, superconfortable, un lujo, y veraneábamos cada año en una playa diferente de España, también teníamos un apartamento en la Sierra, bueno, lo dicho, vivíamos bastante bien, y en casa se comía de maravilla, eran todo productos naturales no como ahora que todo es transgénico, la leche era leche fresca, los tomates eran tomates y los pepinos eran pepinos, también tengo que decir que las lechugas eran lechugas, esto es muy importante, y traían una carne de Argentina que era exquisita, había sifones y yo bebía vino con agua, menudo borracho, y un corto de cerveza en los bares, ahora un niño no toma nada de eso, eran otros tiempos, iba siempre de pantalón corto hasta en invierno, el pantalón corto en invierno era de pana, ésa era la diferencia, luego te ponían unos calcetines de lana hasta la rodilla, mi madre decía, Jose hijo ponte las medias que hoy hace mucho frío, eran como las medias de los futbolistas, y te entraba el frío  por la entrepierna hasta los cataplines, no importaba, era el franquismo, estaba bien, uno no sabía ni qué era el franquismo, te enseñaban en el cole la formación del espíritu nacional, FEN abreviado, que no servía para nada, era una maría como la religión y los trabajos manuales, el profesor era siempre de falange, eran muy raros, yo tuve uno que se parecía a José Antonio Primo de Rivera pero con piorrea, y otro que era enano y tenía un huevo en la frente, nos reíamos de él porque el huevo seguía creciéndole día a día y él cada vez más furioso, menudo cuadro, como para enterarte de los tercios de representación en las Cortes Generales, creo que eran los sindicatos, la familia, y no sé cuál era el tercero, se me ha olvidado, ya os digo que estudié poco esa asignatura, era una maría, a veces sueño que me vuelven a suspender siempre la FEN y tengo que dejar de estudiar y me hago mecánico de coches y reparo el 1430 de mi padre motor 1.600 Fiat con asientos de terciopelo gris y reposacabezas.
Ese coche lo conservó mi padre durante años y años, lo condujo después mi madre y yo también, imaginaros lo que duró, y os puedo decir que jamás he conducido un coche mejor, el cambio de velocidades y el reprise de aquel coche eran realmente algo mágico, he conducido otros coches después y no hay color, como el 1.430 de papá nada, bueno, perdonad, a veces digo cosas como de Chabeli Iglesias.
Habrá que hablar también de los sindicatos de aquella época, ¿verdad?, nada que ver con los de ahora, claro…
(continuará)
El paseante

La lectura del fin de semana. La busca. Pío Baroja. 1904.



Pío Baroja
La busca (fragmento)

" A oscuras anduvieron el Bizco y Manuel de un lado a otro, explorando los huecos de la Montaña, hasta que una línea de luz que brotaba de una rendija de la tierra les indicó una de las cuevas. Se acercaron al agujero; salía del interior un murmullo interrumpido de voces roncas. A la claridad vacilante de una bujía, sujeta en el suelo entre dos piedras, más de una docena de golfos, sentados unos, otros de rodillas, formaban un corro jugando a las cartas. En los rincones se esbozaban vagas siluetas de hombres tendidos en la cama. Un vaho pestilente se exhalaba del interior del agujero.... Manuel pensó haber visto algo parecido en la pesadilla de una fiebre.
(...)
Era la Corrala un microcosmos, se decía que puestos en hilera los vecinos llegarían desde el arroyo de Embajadores a la plaza del Progreso; allí había hombres que lo eran todo y que no eran nada: medio sabios, medio herreros, medio carpinteros, medio albañiles, medio comerciantes y medio ladrones.
(...)
Era, en general, toda la gente que allí habitaba gente descentrada, que vivía en el continuo aplanamiento producido por la eterna o irremediable miseria; muchos cambiaban de oficio, como un reptil de piel; otros no lo tenían; algunos peones de carpintero, de albañil, a consecuencia de su falta de iniciativa, de comprensión y de habilidad, no podían pasar de peones, había también gitanos, esquiladores de mulas y de perros, y no faltaban cargadores, barberos ambulantes y saltimbanquis.
"


miércoles, 16 de enero de 2013


Diario de un paseante. Estoy medio dormido ya..



Diario de un paseante 21-12-2012 22:15 Estoy medio dormido ya.
Estoy medio dormido ya, apenas son las 22:15, ha sido un día intenso, y además últimamente duermo mal, me despierto a media noche y no logro volver a conciliar el sueño, en la tele hay debates, no sé lo que dicen, los he condenado al silencio, estoy escuchando a Antonio Vega, sus canciones de mi juventud, qué tiempos aquellos, esos sí que eran buenos tiempos, no se sabe lo que es ser joven hasta que se deja de serlo, dejar de ser joven es básicamente perder la ilusión, uno queda como desconectado de la vida, como en standby, como la tele con el pivote rojo encendido cuando la apagas.
Elena Valenciano haciendo declaraciones, se parece un poco a Nati la enfermera, ¿verdad?, está estupenda también, nada que ver con otras políticas, que Dios me perdone, pero algunas no son muy agraciadas precisamente, Fátima Bánez, la Vicepresidenta, Ana Mato, no sé, son como un poco monster, no me gustan, Elena Valenciano sí, no sé si se escribe con v o con b, perdonarme pero es que no leo nunca las noticias políticas, no me interesan.
El moderador del debate es una especie de yogurín algo crecidito, con el pelo engominado, a mitad del debate, cuando más encrespados están los contertulios, les hace callar y anuncia unos embutidos de Extremadura, lo extremeño a la derecha le pone, los señoritos extremeños, las dehesas, los toros de lidia, digo yo que habrá toros de lidia, los caballos, las espuelas, todo eso es parte de la mitología de la derecha campestre y terrateniente, embutidos ibéricos de Extremadura auténticos y ahora pude continuar el debate, dice el joven cachorro de la derecha mediática y pasa a atizar latigazos dialécticos a los tertulianos que enardecidos saltan como leones.
Lleva una corbata rosa, no sé cómo se atreve, ¿será gay?
Seguro que no, uno de derechas no puede ser gay, está prohibido desde lo de las peras y las manzanas y si lo son mejor ocultarlo.
Pues eso, que estoy cansado, me voy a ir a la cama con el perro, cuando era joven salía por las noches y a la mañana siguiente estaba tan fresco, ahora ya no estoy fresco nunca, es un problema hormonal, las hormonas nos gobiernan, yo no contaba con esta decadencia de las hormonas, me creí que siempre iba a sentirme joven por dentro aunque por fuera envejeciera, pensé que sólo era cuestión de arrugas en la piel y ahora compruebo que son peores, mucho peores, las arrugas del ánimo, y peores aún las arrugas del ánima.
Me voy con mi poco ánimo y mi ánima a la cama, me espera la tibieza del blando lecho que me acoge como el abrazo de mi amante esposa, la noche.
Hasta mañana.
Os quiere,
El paseante

Crítica teatral. La anarquista. David Mamet. Teatro Español.




Pecados de juventud.
Se hizo terrorista más por amor que por convicción, más por seducción que por razonamiento, mató a un policía y en el fondo siempre creyó que tan terrorista es el Estado al que representa el policía como el anarquista, la fuerza que esgrimen es la misma, la fuerza del cañón de la pistola y la bala, hay un momento que para exculparse del crimen dice que el policía tenía también una pistola y que podía haberla utilizado.
La obra, un duelo dialéctico entre la funcionaria que debe aprobar la libertad condicional y la anarquista que lleva 35 años en prisión por el crimen cometido, plantea el problema del perdón y de la redención, del arrepentimiento, de si es posible el arrepentimiento verdadero, y concluye, según pude entender, que no puede existir ese arrepentimiento como tal en tanto en cuanto la esencia del acto y la del pensamiento que le sirve de base es la misma, la persona.
Y eso es aplicable a cualquier acto de cualquier tipo, no sólo a un crimen, es como una especie de teoría de los actos propios, según la cual nadie puede ir en contra de sus actos propios.
Y al final el dilema queda abierto, o eso pretende el autor, no está claro cuál será la conclusión, si bien al fin parece imponerse la teoría de que no debe haber redención en tanto que el arrepentimiento y la petición de perdón no pueden ser sinceras, se basan en la necesidad de libertad, en el egoísmo en definitiva, el mismo egoísmo que llevó a la anarquista a matar.
Uno, o al menos yo, se pone de parte de la funcionaria de prisiones es este dilema, duelo dialéctico, interpretativo, pulso estremecedor de la conciencia en el que cualquiera se siente identificado y retratado en sus pequeñas infamias.
Al final la funcionaria desbarata el engaño interesado de la anarquista que no busca sino la satisfacción de su egoísmo personal sin estar realmente arrepentida.
Magníficas interpretaciones de Magüi Mira y Ana Wagener, y la dirección de escena de José Pascual, en una obra difícil por su sencillez representativa y su complejidad conceptual, es impecable, sobria y eficaz, muy directa y ceñida a la esencialidad del texto.
El paseante

Mis conversaciones con Woody (13). Nos están escuchando...



-          Oye jr esto que hablamos no lo estará oyendo nadie, ¿verdad?
-          ¿A qué te refieres Woody? No te entiendo.
-          Verás, en ocasiones tengo la sensación de que nos están escuchando cuando hablamos.
-          Woody, deberías controlar tus neurosis, ¿quién nos va a escuchar?, estamos solos.
-          No lo sé, es una sensación, no puedo evitarlo, me da esa sensación, dime que no es cierto por favor.
-          No lo es, siempre estamos solos.
-          Y tú no llevas ningún micrófono oculto o algo así, ¿verdad?
-          Woody, cómo puedes desconfiar de mí, yo soy tu amigo, nunca te traicionaría.
-          No, verás, quiero decir que tal vez te han puesto un micrófono y tú no lo sabes, esas cosas ahora son muy sofisticadas, no las notas, puede tratarse de un micrófono subcutáneo, he oído decir en un programa de la tele que ahora los espías utilizan micrófonos subcutáneos.
-          Woody, controla tu neurosis, no digo que en ocasiones puedes tener algo de razón, tal vez en otros temas, pero con frecuencia en torno a un 60% de tus preocupaciones son inventadas por ti, no tienen una base real.
-          ¿Un 60%?
-          Más o menos.
-          ¿No es demasiado?
-          Bueno, es mi opinión.
-          Verás, ahora hay mucho peligro con eso de las redes sociales, Internet, los blogs y todo eso…
-          Tranquilo, yo soy alérgico a todas esas cosas, soy un analfabeto cibernético, no te preocupes, yo pertenezco al S.XIX, me quedé en los feulletines.
-          No me importaría jr de todas maneras si contaras algo de nosotros a alguien, sé que nuestra amistad haría que sobre mí dijeras las más bellas palabras, en serio, confío en ti plenamente, no sé bien por qué.
-          Ten la certeza Woody de que yo nunca te traicionaría, ni haría nada que fuera en tu contra, todo lo contrario porque te quiero.
-          Ya lo sé jr, yo también te quiero a ti, pero fíjate, en este preciso instante tengo la sensación de alguien más está escuchando lo que hablamos, noto como que ahora oyendo lo que digo se sonríe y piensa: pobre Woody, si supiera que está en lo cierto…
-          Woody, no te parece que te pasas.
-          Sí, ya lo sé, no puedo evitarlo, soy un neurótico empedernido, no puedo evitarlo.
-          Bueno, Woody, la neurosis con frecuencia es el caldo de cultivo del verdadero artista, yo también soy algo neurótico, pero de eso a pensar que nos están escuchando en estos momentos…, me parece un disparate.
-          Mira, no sientes como el sonido de una respiración.
-          Bueno, yo estoy respirando si es a eso a lo que te refieres, necesito hacerlo sabes.
-          No, aparte de ti, mira, deja de respirar por un momento y escucha, escucha…
-          ……………………………
-          ¿Lo oyes?
-          Pues no.
-          Pues yo puedo oírlo perfectamente, es más, en ocasiones oigo como una leve sonrisita, como si le hiciera gracia nuestra conversación.
-          Tal vez se trate de nuestro amigo invisible, yo de pequeño tuve uno.
-          Tal vez sea eso, ya me dejas más tranquilo.
-          Sí, Woody, debemos de tener algún amigo invisible que nos escucha, o tal vez más de uno, tal vez muchos…
-          ¡Qué bonito! Me gusta la idea.
-          Sí, Woody, además los amigos invisibles son los mejores, nunca te fallan.
El paseante

lunes, 14 de enero de 2013


Diario de un paseante. Caminar.




Diario de un paseante 23-12-2012 Después de más de un año…
Bueno, pues nada, pues eso, que aquí sigo después de más de un año, paseando, sigo paseando como si tal cosa y mirando el panorama, que, por cierto, está fatal, convulso más bien, desde que empecé a pasear hace más de un año todo ha ido a peor.
La verdad es que a veces me canso de pasear, me faltan fuerzas, el camino es duro, difícil en ocasiones, se me hace muy cuesta arriba, antes era más fácil, tenía más fuerzas, era más joven, había visto menos cosas, era más virgen, y en mi ignorancia no veía peligros ni dificultades, y, sobre todo, no veía la inutilidad de recorrer el camino, y es que a veces me asalta esa duda, ¿vale la pena seguir caminando?
No tengo ni idea pero ya no sé hacer otra cosa más que caminar, si no caminara me moriría, caminar o morir ése es el dilema, sólo caminando vivo, sólo vivo para caminar.
El paseante

View.

View. Óleo sobre lienzo. José Ramón Carballo. 2009.


El cuadro de la semana. Vista de Venecia desde el canal de la Giudecca. William Turner. 1840.




Es un cuadro como de cualquier época, un cuadro atemporal, podría ser una escena de cualquier día, el escenario, la luz, los protagonistas son los de siempre, el pintor capta un momento eterno, detenido en el tiempo, atemporal en su belleza, prototípica belleza, epítome de belleza, sobrenatural belleza, quién viviera ese momento, cualquier momento, el repetido momento de siempre, quien viviera por siempre sin saber que vive por siempre ese instante único irrepetible para uno y eterno para la eternidad, quién fuera eterno, dichoso, feliz, inmortal, espectador y actor a la vez del espectáculo de la vida por siempre, copartícipe y contemplador del mundo, inmortal como Dios, si este mundo fuera el jardín del edén, tal vez, por qué no, nosotros seríamos siempre dichosos y viviríamos por siempre, y el mundo sería un espectáculo siempre bello, acogedor, y divino.
El paseante

La película de la semana. El pequeño Lord. John Cromwell. 1936.



Es la película favorita de mi infancia, cada año en navidad la ponían sin falta en Especial Vacaciones por la tele, todas las tardes en vacaciones no se interrumpía la programación y nos ponían películas para los niños, aún resuena en mi memoria la sintonía, tirorirorirorirotirorirorirora, los de mi generación lo recordaréis perfectamente, daba una alegría oír la sintonía, era garantía de entretenimiento asegurado.
Yo quería ser como él, es decir, ser un pequeño Lord, quería parecerme a él, vivir como él, vestir como él, tener sus refinados modales, su clase, su dulzura, su incomprendida candidez, su cándida ternura, porque este niño cautivaba a cualquiera, era como un ángel dulce y amoroso, puro, generoso, inocente y bello, sobre todo muy bello, con una belleza celestial que no parecía pudiera darse en la tierra, un querubín de cabellos ondulados, vestido a la inglesa, con una delicada institutriz a su lado y un abuelo inmensamente rico que vivía en un castillo en Inglaterra.
La imaginación estaba servida, no podía haber una fórmula, un cóctel, que excitara más la imaginación de un niño, al menos la mía, aquello estaba hecho a mi medida, estaba decidido, yo era la versión rediviva de aquel pequeño Lord, y me puse manos a la obra.
Pero había diferencias, claro, una de ellas era el cabello, por aquel entonces yo tenía cabello, claro, aún era un niño, los niños tienen pelo, y yo lo tenía abundante, pero no como él, mi cabello era más rubio y menos rizado que el de aquel pequeño Lord, el mío sólo era ligeramente ondulado, y luego estaba el asunto de la nariz, mi nariz no era tan achatada con aquella curvatura tan distinguida y aristocrática que tenía la del pequeño Lord, lo del cabello intenté corregirlo lavándome el pelo en lugar de con el champú para rubios que me compraba mi madre, con el champú de mi padre que era de brea, tremendo, menos mal que mi madre no se dio cuenta, porque el cabello no se me llegó nunca a oscurecer, y lo de la nariz intenté corregirlo tratando de achatármela presionándomela hacia abajo cuando nadie me veía pero aquello tampoco daba resultado.
En lo del carácter había que trabajar también, yo tenía peor genio y procuré enmendarme aunque de vez en cuando no lo lograba demasiado, es difícil que un chico español de los años 60 se parezca en forma de ser a un pequeño Lord inglés de comienzos de siglo, pero me puse a ello.
Otro aspecto importante era el de la ropa como puede apreciarse en la fotografía, yo no vestía así, no es que fuera un desarrapado pero en la España de los años 60 los niños no vestíamos así.
Y también el tema de la casa, yo no vivía en un castillo inglés por mucho que tratara de echarle imaginación.
También notaba cierta diferencia de clases sociales, un muchacho de la clase media española de aquella época no estaba al nivel de la aristocracia inglesa de comienzos de siglo ni mucho menos.
Por otro lado empecé a pensar que el intentar ser como el pequeño Lord era tarea inútil y que iba a parecer algo anacrónico, fantasioso e inverosímil.
Y así, poco a poco, fui declinando en mi intención pero creo que siempre quedó latente en mí ese deseo y que aún hoy pervive, nunca querré ser un Lord, pero un pequeño Lord sí, claro, eso es diferente, y es que hay fantasías de niño que siempre van con uno durante toda la vida.
El paseante

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