miércoles, 5 de octubre de 2011

Lo políticamente correcto o la ley del embudo.


Cada día aguanto menos a los políticos con sus discursos políticamente correctos, sufren un desdoblamiento de la personalidad, dicen una cosa para convencernos de algo según les convenga y luego ellos hacen la contraria, por ejemplo, nos dicen que nos apretemos el cinturón y ellos se suben el sueldo y además la mayoría cobran varios sueldos a la vez, por el cargo que ocupan y por los que han ocupado, una vergüenza, gobiernan y legislan pensando en sus intereses, ¿alguien va a poner fin a esto alguna vez? ...

Continuación:

Luego está la deslealtad institucional, cuando un Presidente de Comunidad Autónoma habla sin ningún respeto ni pudor del Presidente del Gobierno, o un Alcalde del Presidente de su región, y viceversa, entonces es como si todos los esquemas se vinieran abajo, ridiculizan a las personas que ostentan temporalmente un mandato popular para ocupar esas instituciones, y uno se pregunta: ¿y los propios políticos ni siquiera respetan el "fair play" y las reglas del juego del sistema que ellos mismos han creado, y en el que se supone creen, y del que se están beneficiando?

Las burlas de unos políticos contra otros se vuelven en realidad contra el electorado que ha elegido a esos representantes y les ha dado su mandato, no hacen con esas actitudes sino deslegitimar el sistema.

Una cosa es la crítica constructiva y otra la descalificación y la burla.

El paseante.

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