lunes, 20 de enero de 2020

Una camisa mía que llevaba pájaros bordados.



Las camareras eran amigas mías, muy simpáticas, me ponían vino de Rioja, El Coto, a veces blanco frío, a veces tinto, raras veces rosado, hacían conmigo lo que querían, bromeábamos, nos reíamos, yo entonces era joven y guapo, una de ellas era una gitana supersimpática, la Patro, se enamoró de una camisa mía que llevaba pájaros bordados, quedé en regalársela, si vuelvo se la llevaré, estaba gordita, tendrás que echarle unas tablas, le decía en broma, no te preocupes por eso Pepe, allí me llamaban Pepe, yo se las pongo, tú regálamela.

El paseante

 

1 comentario:

  1. Ya tienes la mejor razón para volver a ver a Patro: prometiste un regalo que sólo tú tienes.

    ResponderEliminar