miércoles, 22 de enero de 2020

Un brillo plateado.




Seguramente la visión más poderosa de aquellos veranos sea ésa, el inmenso globo de intensa luz amarilla que caía lentamente desde lo alto hasta tocar la línea del mar y desaparecer tras él en su oscuridad inundando el mar de un brillo plateado lleno de destellos, mientras contemplaba aquel espectáculo y saboreaba mi copita de ron llamada por teléfono a Madrid y volvía así a conectar con el mundo real, algo que no deseaba hacer demasiado pero que sin embargo debía hacer.

El paseante

 

2 comentarios:

  1. Es que Madrid e Ibiza se conectaban a través tuyo. Ni la pereza impedía que vieras ponerse el sol hasta el último segundo.

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  2. Ups.... es la luna lo que publicaste. igual: no dá trabajo ver la luna en las Baleares.

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