lunes, 20 de enero de 2020

Las antiguas salinas romanas.




El recorrido comenzaba tomando el bus cerca del hotel, atestado, una antigualla de bus los primeros años, había que ir de pie, el bus te llevaba a Ses Salines, una preciosidad ver las antiguas salinas romanas aún hoy en explotación rodeadas de pinares y montañas, un paraje virgen que ahora querían destruir urbanizándolo, un disparate, el bus te dejaba en un colmado junto a una rotonda, allí compraba agua fresca, enfrente había un hotelito hippie de pocas habitaciones como una fonda, recuerdo que tendían las sábanas entre los pinos y el suelo del comedor era de tierra. Todo dentro del parque natural de Ses Salines, virgen, sin edificios, campo, pinos, mar, oxígeno, sol.

Y a partir de ahí empezaba mi peregrinar, como el peregrino de Paulo Coelho…

El paseante

 

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