jueves, 15 de noviembre de 2018

Prendas de vestir míticas. El look artist.





El look artista, recuerdo los últimos años que fui a la feria ARCO, iba más por ver las pintorescas personalidades y looks variados del sector artístico que por ver las obras cada año más calamitosas, luego me cansé de ir y de pasar frío en pleno febrero en la lejana e inhóspita explanada del parque ferial Juan Carlos I, pero los últimos años que acudí mi atención se desplazó desde las obras expuestas, cada vez peores y más absurdas, hacia esos looks tan inverosímiles de artistas, marchantes, galeristas y demás progresía intelectualoide, también me fijaba por contraste en el look de los compradores, overdressed que dirían los anglo parlantes o endomingados que diríamos por aquí, éstos recibían un trato especial, lógico, y por lo que pude observar les vendían unos muertos colosales dado que el dinero todo lo soporta, hasta el mal gusto, casi todos eran latinoamericanos, fortunas ganadas quién sabe cómo, era verles y pensar en la desigualdad y pobreza de sus países y cómo eran reflejo del problema de las clases dominantes que gobiernan en su beneficio exclusivo, algo en lo que España ha ido cayendo con la corrupción.
Volviendo al tema del look artista yo observaba que era como una prolongación del look espectador de teatro de vanguardia, cuando yo era joven para ir al teatro o a un concierto, ni decir tiene a una ópera, había que vestirse para no desentonar, con el tiempo ese vestirse pasó a considerarse una catetada anti intelectual, y había que ir de progre, es decir, desarreglado convenientemente y en su justa medida, dando a entender que uno estaba en la onda.
Pues en la misma línea pero algo más marcado lo de ARCO, me deleita estudiando esos looks tan acabadamente rompedores e imaginando la vida y psicología de sus portadores, indescriptibles, mucho más artísticos, conseguidos y sugerentes que las obras expuestas, la verdadera feria era observar a sus asistentes en lugar de mirar los cuadros colgados en las paredes o las esculturas boutade, me lo pasaba pipa, y he de reconocer que igual que me disfrazaba para ir al teatro y no desentonar, lo hacía para ir a ARCO y no sentirme como un bicho raro entre tanto bicho raro. Era divertido.
Esta especie de transición estética que surge como una excrecencia de la personalidad alternativa puede igualmente ser observada en los pasillos de IKEA en un plano más comercial y menos artístico, la intelectualidad bienpensante y progresista, cultureta, también se pasea por IKEA comprando cualquier cosa, tal vez para resarcirse de su falta de poder adquisitivo para comprar obras de arte en ARCO, algo reservado para la casta económica totalmente ajena a ese look tan sui géneris del mundillo del arte y alrededores. Todo un contraste.

El paseante


1 comentario:

  1. ¿Los latinoamericanos compran obrad de arte en ARCO. En efecto, vaya a saber una de dónde sale el dinero que portan. Estos no se visten en Primark ni se equipan en IKEA.

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