jueves, 22 de noviembre de 2018

Carmena y yo.





Es como el manual del antiestilo, imposible encontrar una foto en la que salga bien, sin embargo he de decir que la he visto en persona y no tiene nada que ver, es un caso de falta de fotogenia, en persona resulta atractiva, interesante, hasta guapa, nada que ver, como digo.
Recuerdo que de joven participaba en debates y entrevistas en televisión, me parecía horrible su imagen, era incapaz de escuchar lo que decía porque me impactaba de tal forma su visión que me quedaba bloqueado.
Un amigo mío de la mili de segundo apellido Carmena me dijo que era tía suya, empezaba a ser un personaje influyente.
A mí me cae bien, me parece maja, no sé si realmente lo será, tengo un fondo de duda, no sé si toda su bondad aparente no es más que una pose.
Eso sí, creo que ha mejorado con los años, lo dice mi madre, los feos con la vejez mejoran, los guapos empeoran.
No pretendo ser frívolo, como digo en persona me pareció una mujer con mucho atractivo y que emana muy buena energía.
En cuanto a Madrid me dio alegría que ganara, suponía una esperanza de que todo cambiara, de otro estilo, otra amplitud de miras, y de honradez. El principal problema que creo ha tenido ha venido del equipo que en gran medida la han impuesto y de las discrepancias con ellos, y, por supuesto, de la inexperiencia en la gestión de todos.
Se puede tener una gran talla intelectual y un gran prestigio intelectual, como parece que es el caso, y no saber gestionar, para gestionar no hay que ser un gran intelectual, mejor no serlo, hay que tener sentido común y, si es posible, algo de experiencia.
Pues ni lo uno ni lo otro han demostrado al frente del Ayuntamiento de Madrid.
La ciudad hecha unos zorros durante más de tres años y ahora de cara a las elecciones nos martirizan con proyectos y obras fútiles, simplemente para que no se diga que no han hecho nada, que es justo lo que ha pasado, no han hecho nada.
Bueno, ésa es mi opinión, podré estar algo o mucho equivocado pero el Ayuntamiento está llevado como el culo, según oí el otro día cuando iba por la Gran Vía, así se lo explicaba un vecino a alguien de fuera que no entendía el porqué de tanta obra.
Pero bueno, en política ya se sabe, otro vendrá que bueno me hará, todo es mejorable en política pero siempre a peor claro.

El paseante.


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