jueves, 14 de marzo de 2013

Mis conversaciones con Woody (19). Me he enamorado... (4).




-         ¿Estuviste en Barcelona jr?
-         Hace unos años…
-         Lo dices como con tristeza.
-         Bueno.
-         ¿Bueno?
-         La vida pasa.
-         Parece una canción de Julio Iglesias, la vida sigue igual…
-         Unos que llegan, otros partirán, unos que nacen otros morirán, aguas sin cauces, ríos sin mar, penas y glorias, guerras y paz…
-         ¿Te la sabes?
-         Es la canción de mi vida.
-         Bueno, jr, creo que es la canción de la vida de cualquiera.
-         Sí, de cualquiera.
-         ¿Estás nostálgico?
-         Yo siempre estoy nostálgico.
-         Bueno, te cuento lo de Barcelona…
-         ¿Cómo fue todo Woody?
-         Regular.
-         ¿Y por qué?
-         Pues no sé.
-         Cuéntame qué hicisteis.
-         Pues mira, paseamos, charlamos, cenamos en unos restaurantes de las Ramblas muy románticos, por las noches nos íbamos a un pub muy íntimo que había cerca del hotel a fumar y beber.
-         ¿Pero tú fumas Woody?
-         Sólo puros habanos.
-         ¿Y ella?
-         Igual.
-         ¡Qué interesante!
-         Ella me encendía el puro.
-         ¿En sentido literal o figurado?
-         Figurado, todo siempre figurado.
-         ¿Figurado?
-         Sí, no hubo sexo.
-         ¿Y eso?
-         No sé.
-         ¿Y lo de las cerillas?
-         ¿Qué cerillas?
-         Las cerillas anti olores en el baño que te recomendé.
-         Ah, no las necesité.
-         ¿……………..?
-         No, verás, no es que no hiciera mis necesidades durante todo el viaje, es que no compartimos habitación.
-         ¿Y eso?
-         Ella se encargó de las reservas y al llegar a recepción nos dieron una habitación a cada uno.
-         Terrible.
-         Bueno, la verdad es que casi lo preferí.
-         No te entiendo.
-         Bueno, es que no sé explicarlo, por un lado estuve más tranquilo.
-         Ya.
-         ¿Montasteis en Las Golondrinas?
-         Sí, qué bonitas, pero ahí se empezó a estropear todo.
-         ¿Por qué?
-         Ella se mareó, y yo cometí el error de quedarme en cubierta mientras bajó a vomitar.
-         Eso estuvo poco caballeroso.
-         Lo sé, pero era tan bonito ver todo aquello, fui egoísta.
-         ¿Montaste en el bus turístico?
-         Imposible, a ella le parecía algo muy turístico.
-         Claro, si es el bus turístico…
-         Tampoco fuimos a cenar a un restaurante que me recomendaron, Los caracoles.
-         Lo conozco, está superbién.
-         Pero a ella no le gustan los caracoles.
-         Vaya.
-         También noté como que en algunos momentos se cansaba de mí, hablo tanto…, pero es que estaba nervioso, el amor me pone nervioso y lo estropeo todo.
-         Y al despediros por la noche no surgió nada tampoco.
-         Nada.
-         ¡Qué soso!
-         No es ser soso jr, es que no lo vi claro, compréndelo, es peor forzar las cosas.
-         Te comprendo, ¿y qué vas a hacer ahora?
-         Pues no hacer nada.
-         ¿No hacer nada?
-         Sí, si hago algo lo estropeo todo y es peor.
-         Eres muy inseguro.
-         Es una percepción, un pálpito, creo que me admira pero no me quiere, no está enamorada de mí, sabes, para ella sólo soy Woody Allen, no un hombre real, soy un personaje, como una ficción, nadie tiene una relación amorosa con una ficción más que de forma imaginaria.
-         ¿Y eso qué significa?
-         Que estoy hecho polvo.

(continuará)

El paseante


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