miércoles, 29 de agosto de 2018

Querido Bob (letter from Madrid).

Interior de la casa de Bob en Provenza. Foto gentileza de Bob Curtis.



Querido Bob:

Gracias por tus cartas y por tu seguimiento del blog, realmente debe ser mágico el lugar en el que te encuentras, me alegra además que sirva para ese reencuentro contigo mismo que tan fundamental es en nuestra vida, me gustó especialmente cómo describes la experiencia gastronómica en esa pequeña taberna con tan buena cocina, realmente transmites el éxtasis que con la degustación del arte culinario se puede alcanzar, todo un clímax muy bien descrito, se vive la experiencia cuando lo lees.
En otro plano bien diferente, pero dentro del mismo estilo de escritura tan rico, se encuentra la introspección que haces respecto a tu persona y el anclaje emocional al que llegas contigo mismo, entiendo que propiciado por ese entorno que te cautiva y exalta, muy destacable igualmente y muy en sintonía ambos escritos, realmente uno se mete en tu piel y siente lo que tú sientes, se vive la experiencia.
En cuanto a tu última carta va en el mismo sentido, una recreación de tu momento vital en el cual tienes, por decirlo de alguna manera, un éxtasis místico de arrobamiento más allá de la contingencia de la vida, elevándote a un plano superior en el cual transmites la cenestesia de los sentidos que te acontece y traspone a un plano metafísico de gran calado intelectual y espiritual.
Quizás el choque de tu mente anglosajona con la fuerza de la vida en la cultura mediterránea y su potente estética de plenitud y belleza unido a su trasfondo literario-poético-filosófico y sensual, supongan un choque que te haya hecho resucitar, si me permites la expresión, y reencontrarte con tu yo verdadero, despertando de tu letargo.
Espero que las traducciones que he hecho de tus escritos estén a la altura, a veces no es fácil dada la riqueza y complejidad de tus pensamientos.

El paseante desde Madrid


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