miércoles, 29 de junio de 2016

Vuelve el orgullo.




Vuelve el orgullo, a mí me parece que más que una reivindicación es un motivo de diversión y de negocio, si fuera reivindicación sería algo más serio y no tendría esos tintes de payasada e histrionismo que tiene, por otro lado viva la diversión, quiero decir que la diversión sea bajo la circunstancia que sea debe ser siempre bienvenida, bastantes problemas nos trae la vida como para desaprovechar las ocasiones de fiesta.

Chueca está lleno de banderitas, es un barrio que ha mejorado y que se cotiza gracias al ambiente gay, en tiempos era una zona deprimida de la ciudad, ahora es una zona pletórica de vida, lástima que el orgullo la convierta en una especie de circo romano y las calles parezcan estallar, pobre gente la que allí vive, la desmesura española sin respetar a los demás.

Yo ya no puedo ni ser gay ni ser heterosexual, no puedo ser nada porque la andropausia hace que desaparezca cualquier atisbo de deseo sexual, eso hace que desde este limbo de la ausencia de deseo todo el tema de la orientación sexual parezca un tanto ajeno, trivial incluso, como ininteligible, es como si tuviera que gustarte la comida japonesa o la china a la fuerza cuando no te apetece en absoluto ninguna de las dos, todas esas discriminaciones, represiones, fariseísmos, etc, son desde la perspectiva de la asexualidad algo totalmente banal, o mejor decir inverosímil.

La sexualidad es un señuelo que nos permite seguir adelante engañados por el instinto, es como un entretenimiento, un desahogo, una escapatoria, como una adicción que te distrae de problemas, dificultades, penurias, una trampa que cuando descubres el truco te parece una bobería, pero en la que no puedes evitar caer mientras eres joven por cuestión hormonal.

No creo que haya ningún denominador común entre gays, y tampoco entre heterosexuales, hay de todo en todas partes, sensibilidad, educación, cultura, civismo, dependen de otros factores totalmente ajenos al instinto sexual, los clichés creo que son totalmente irreales, de ahí que al ver una cabalgata del orgullo gay llena de clichés uno piense si no son los que supuestamente luchan por esa igualdad los que más pretenden encasillar el fenómeno gay en un cliché presentando una imagen tópica y distorsionada de un colectivo que a fuerza de estar integrado y normalizado ni colectivo es ya.


El paseante


No hay comentarios:

Publicar un comentario