domingo, 7 de julio de 2013

Historia de mi alma por José Ramón Carballo.




Historia de mi alma.

-          La historia de mi alma se basa en suposiciones, en realidad no sé nada de ella a ciencia cierta.
-          Mi alma me contiene, me envuelve, abraza, acaricia, susurra, mi alma es amor.
-          Mi alma existe y existirá desde siempre, es eterna, su historia es la historia de la eternidad, la eterna permanencia.
-          Cuando mi cuerpo vino al mundo mi alma se encarnó transitoriamente en él.
-          Mi alma es la que sonríe mientras yo lloro. La que llora mientras yo sonrío. Mi alma busca el equilibrio de lo permanente porque es eterna.
-          Voy descubriendo mi alma a medida que descubro la vida, la vida me va mostrando mi alma, el día que ese conocimiento sea total moriré.
-          Mi alma es idéntica a la de cualquiera, pero los demás aún no lo saben, eso creo, sólo lo sé yo desde hace poco tiempo.
-          Mi alma es idéntica a la de los demás porque forma parte del gran alma universal que es eterna.
-          Mi alma es el cosmos de mi vida.
-          El alma es el cosmos de la vida.
-          El alma contiene en sí la dicha de la perfección absoluta.
-          Desconozco la razón por la que mi alma vino al mundo encarnada en mí.
-          Desconozco la razón por la que mi cuerpo encarnó mi alma.
-          El alma no admite razones, es la razón máxima, la culminación máxima de la razón, la idea perfecta y razón de todo.
-          Sin alma no se puede vivir, resulta curioso, sin alma sólo se puede subsistir.
-          Escribe mi alma la historia de mí día tras día pacientemente, y la novela de mi vida va quedando escrita en el aire como el canto de un ave, el aroma de una flor, el susurro del viento, el rayo de luz.
-          Me despierto a mi alma cada mañana como quién se asoma a un acantilado del que nunca logra ver el final, la última sima de la profundidad.
-          Háblame, mi alma te escucha siempre aunque yo no lo haga, mi alma entiende un leguaje que no necesita de las palabras.
-          Extiendo mi alma bajo los pies del mundo para que cualquier peregrino pueda pisarla y sentir su mullido tacto de seda.
-          Espero quieto en mi alma un instante de dicha supremo en el cual sea consciente al fin de mí.
-          Mi alma es el beso con el que yo beso el mundo.

El paseante

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