Le está enseñando los cuadros que cuelgan en las paredes de la escalera, son retratos, él va diciéndole a ella el nombre de los pintores y destaca los que son más valiosos, ella escucha y mira con admiración, se está empezando a enamorar.
En un momento dado, a mitad de la escalera ella le pregunta si son sus antepasados y él responde que no lo son en absoluto, son los antepasados del anterior dueño de la casa al que se la compró con todo dentro, el vendedor no quiso llevarse nada, cogió el dinero y se fue a vivir a Italia, cosas de la aristocracia que siempre ha sido algo ligera, el dolce far niente...
Al final de la escalera los dos quedan frente a frente en un embarazoso silencio, él la toma por la cintura y la da un beso, ella, azorada, se escapa a la carrera.
Puro victorianismo.
La obra literaria que sirve de base a la película es la novela homónima de Forster.
Ya hemos hablado en el blog antes, en la lectura del fin de semana, de otra novela suya, Maurice, que sirvió de base asimismo a otra película de la factoría Ivory, al igual que la más conocida de este director, A room with a view, ambientada en Florencia.
Repito, puro victorianismo, nadie como Forster disecciona la sociedad victoriana, sus personajes prototípicos, con un análisis de caracteres profundo y sagaz, un perfecto retrato de esos personajes y de esa época.
Y James Ivory borda virtuosamente en la película la transposición de la novela.
Howards End es el nombre de un cottage, de una casa de campo inglesa, y la casa, esa casa, vertebra toda la película.
La amistad entre dos mujeres, la casa como herencia, los objetos, las costumbres, los sentimientos, la enfermedad, la muerte, el amor, la pasión, las diferencias sociales, los estigmas sociales, todo.
Vanessa Redgrave, Emma Tompson, Anthony Hopkins, entre los principales intérpretes.
Cine típicamente inglés hecho por un americano, James Ivory.
Una película con una magia especial que hace pensar, planteando temas de reflexión que perviven a lo largo de la historia, y una Inglaterra victoriana de fondo con sus luces y sus sombras.
Recomiendo verla, es una delicia.
el paseante
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