El espectáculo de las vistas desde mi casa.
Anochece, amanece, y así sucesivamente, cada día, todos los días.
Obvio.
Pero no tan obvio.
No dejo nunca de maravillarme de la magia de la vida que cada día se renueva.
Anochece, amanece.
Amanece, anochece.
Bellísimo espectáculo que tiene lugar cada día sobre la ciudad con las montañas al fondo de testigo, y que yo contemplo desde mi casa que cuelga sobre el cielo de Madrid como una jaula.
Simple, bello, necesario.
Puro minimalismo existencial.
Amanece, anochece.
Anochece, amanece.
Hermano sol, hermana luna.
Cielo, colores, estrellas.
Y el paseante asomado a la ventana.
El paseante observador.
Testigo atónito de la belleza.
Mirando el espectáculo efímero y repetido de la vida.
el paseante
Anochece, amanece, y así sucesivamente, cada día, todos los días.
Obvio.
Pero no tan obvio.
No dejo nunca de maravillarme de la magia de la vida que cada día se renueva.
Anochece, amanece.
Amanece, anochece.
Bellísimo espectáculo que tiene lugar cada día sobre la ciudad con las montañas al fondo de testigo, y que yo contemplo desde mi casa que cuelga sobre el cielo de Madrid como una jaula.
Simple, bello, necesario.
Puro minimalismo existencial.
Amanece, anochece.
Anochece, amanece.
Hermano sol, hermana luna.
Cielo, colores, estrellas.
Y el paseante asomado a la ventana.
El paseante observador.
Testigo atónito de la belleza.
Mirando el espectáculo efímero y repetido de la vida.
el paseante
No hay comentarios:
Publicar un comentario