Henri Matisse.
Conversación.
Parece un cuadro pintado
por un niño, y así es, Matisse saca al niño que lleva dentro y lo pone a
pintar, eso significa que deja fuera de su pintura todo artificio, todo
aprendizaje, toda escuela, toda intención.
Aparece
el creador en estado puro y se pone a pintar, y pinta unos cuadros que
parecen infantiles porque es la imagen que tenemos de cómo pinta un
niño, porque hemos olvidado que no es que un niño pinte así, es que
nosotros pintamos así cuando pintamos con el alma que es lo único con lo
que saben pintar los niños.
Olvidado todo
aprendizje, toda técnica, todo artificio e intención, Matisse se queda a
solas consigo mismo y con los colores, los pinceles y el lienzo, y se
pone a pintar lo que ve alrrededor, y en el cuadro aparece lo que
cualquiera ve, el alma pura y esencial de las cosas, la vida verdadera,
la verdad, la esencia de un mundo que despojado de su artificio, de su
intención, queda desnudo, puro, esencial, tremendo.
Nos conmociona Matisse porque nos habla al oído el único
lenguaje que entendemos, el de la verdad.
Por
cierto, me encanta el pijama de rayas, es igual que el que yo me pongo.
Besos,
el paseante |
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