miércoles, 20 de junio de 2018

Prendas de vestir míticas. El sombrero femenino.





El remate perfecto de una persona elegante es un sombrero, esto es así desde el comienzo de la moda, el sombrero es la parte más poética y fantasiosa de la indumentaria, con él se remata la figura, el sombrero cierra nuestra imagen, la refuerza, es como un taconeado final después de un baile flamenco, sin ese final parecería que el look no está acabado, la imagen quedaría abierta como un texto inacabado, un poema al que le falta el verso final o un cuadro que quedara simplemente abocetado, hasta que el sombrero se coloca el balance final del atuendo queda en suspenso, de ahí la importancia de elegir el sombrero adecuado y de no quedarnos corto ni pasarnos, la justa medida, y esa medida tan justa lleva a la consideración de saber si el sombrero es necesario o no caso por caso, dependerá de la ocasión, el lugar, el atuendo, la época del año, tantos imponderables, tantos tipos de sombrero, tantas imágenes, looks, estilos, tantos mensajes que nos envía el sombrero, tantas lecturas, tantos placeres estéticos, el sombrero es la fantasía de la imagen, su remate, como la cresta en las aves y las flores en las plantas, los sombreros nos coronan como si fuéramos príncipes, nos dan caché, nos elevan haciéndonos parecer superiores en rango, mejores, más perfectos, de ahí su uso ineludible en los uniformes, los sombreros distinguen y lanzan su mensaje a los demás, al resto, significando al que lo porta. Véase si no los dos ejemplos de las imágenes rotundas, perfectamente acabadas de esas cabezas de mujer que rematan y cuyos rasgos faciales enmarcan haciéndolas más bellas aún.


el paseante


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