Elogio del fracaso.

Elogio del fracaso

Qué descanso cuando se fracasa, uno se va a la cama por la noche con la sensación del deber cumplido, la conciencia tranquila, y descansa en paz como en un anticipo de lo que será el fracaso definitivo y el descanso definitivo, creo que de esas pequeñas muertes está hecha la vida, esas pequeñas muertes y breves descansos, preludios de ese largo adiós que será la muerte, definitivo adiós de todo y de todos.

Vivir para fracasar, vivir fracasando, qué otra cosa es la vida, eso nada más, entendiendo por fracaso algo tan íntimo que nadie más es capaz de entender sino uno mismo, algo hecho a su medida, fracaso hasta en el triunfo propio, y sobre todo en el triunfo, porque la médula del triunfo, su simiente última no es sino aquel otro fracaso que nos hizo caer para luego poder levantarnos y triunfar, si triunfar fuera algo, si triunfar existiera, para triunfando descubrir que aquel triunfo no era en realidad como lo habíamos imaginado sino mucho más burdo, decepcionante, insípido, vulgar, que la idealización que teníamos metida en nuestra cabeza de chorlito.

Cabeza de chorlito, me encanta la expresión, qué es un chorlito?, un pájaro?, no tengo ni idea, pero creo que crecer es o bien ir dejando de ser chorlito o convertirte en un chorlito total, que de todo hay, o ambas cosas según te pille y el momento que tengas, uno puede pasar a ser un chorlito de un momento para otro o dejar de serlo de igual manera, por cierto, los chorlitos fracasan?, para fracasar se necesita no ser un fracasado, es decir, tener madera de triunfador y plas, darte la torta, sirva un ejemplo, el mío, si me considero ya un fracasado integral tampoco puedo hablar de fracasos, un fracasado ni intenta ya nada, está simplemente caído, y a ello se va llegando, fracaso tras fracaso como quién baja una escalera, y al final uno abre una puerta, la última esperanza y cae al vacío infinito de la nada, para no volver.

Sonó duro, pero es real. Mientras se fracasa aún hay esperanza, seamos positivos.

Descanse en paz el paseante.

el paseante