lunes, 14 de octubre de 2019

La película de la semana. Joker. Todd Phillips. 2019.





Primera película que veo del Joker, no puedo comparar, pero no creo que este Joker sea comparable, más bien parece único, irrepetible también, el título es él y la película es él, o por mejor decir, la interpretación de Phoenix, que te hace meterte tanto en el personaje y en la situación que te arrastra fuera del momento a su realidad, identificándote con algo que en él está llevado al extremo pero que configura la vida de cualquiera, la incomprensión, injusticia, falta de oportunidades, la sociedad es inmisericorde y más en esos escenarios de megalópolis y explotación totalmente deshumanizados.
Es un cómic y así está tratado, como en los cómics lo importante es el protagonista, el héroe, antihéroe en este caso, el duelo Phoenix – De Niro resulta de una tensión extrema y enfrenta dos modos de vida irreconciliables, la verdad y la mentira, la sinceridad y el cinismo, la vulnerabilidad y la explotación.
El Joker evoluciona en la película, cambia, el personaje se va transfigurando, se vuelve al final algo así como un melifluo espectro de destrucción y ajuste de cuentas que no perdona, continuará, tal vez sí, pero será difícil o imposible poder alcanzar esta cuota de abismo interpretativo y de inspiración, de transfiguración litúrgica, esta sustancialidad inmanente que trasciende al actor, la película, la pantalla y al espectador, transportándolo a los propios abismos de su vida y a sus propios abismos interiores, convirtiéndolo todo en una payasada, una broma cruel de consecuencias fatales, imprevisibles, un engaño.
Creo que todos somos un poco Joker, lo reconozcamos o no, aunque prefiramos pensar que Joker sólo hay uno en la pantalla, pero lo cierto es que este Joker se sale de la pantalla y te arrastra, te invade, y lo que es peor, se queda contigo.

El paseante

1 comentario:

  1. Nacemos Joker o nos transformamos en Joker. A tomarlo todo como broma, porque si es verdad, duele horrores.

    ResponderEliminar