lunes, 5 de septiembre de 2016

Lisboa (poemas 1 a 10).





No pude verte

No pude verte tal vez
Pero te vi no obstante
Siempre dentro de mí
Como un reflejo eterno
Mi luz brillante
Mi vida plena
Mi futuro perdido
Hoy ido tras de ti
Perdido de mí
Tu inatacable recuerdo
Que me priva de la vida
De aquella vida
Que quería ser amor
Que luchaba por poder vivir
Y que se perdió lejos de los dos
En algún lugar de un tiempo
Que hoy ya no es tiempo
Que es por siempre ya eternidad

José Ramón Carballo
23 de mayo de 2014

Lisboa

Escucho el tic tac del agua
Evaporarse de tus piedras
Hasta formar, cual clepsidra del tiempo
La nube de amor de tu belleza
Escucho esas tempestades del tiempo
Que sobre ti se ciernen
Y deshacen la polvorienta vida
Llena de olvido y razón
Escucho, te escucho siempre
En la distancia de mi recuerdo perdida
Por entre los rincones de un barullo de escarchas
Detenidas en el suave susurro de la alondras
Y vive en ti una razón profunda que no eres tú
Como un alma ajena a ti, lejana de ti
Espectral y llena de un triste sentimiento de amargura
Que me asfixia de emoción
Y vuelvo, y vuelvo, y vuelvo
A escucharte siempre muda de sonido alguno
Como si no existieras ya
Y sólo mi recuerdo te contuviera
Presa de mí por siempre, atrapada sobre acantilados formidables
Colgada de las nubes
Eternas vagabundas del amor
De mi amor perdido por entre las estrellas
Esas luces olvidadas que me miran siempre sin verme nunca
Esperando tal vez que yo como tú un día ya no exista
Más que en el recuerdo perdurable
De alguien que un día también me quiso

José Ramón Carballo
23 de mayo de 2014


Por ti

Me vas a esperar algún día cuando salga a buscarte lejos
Cuando salga a tu encuentro desde estas lejanas soledades
Tristes cimas desnudas de pensamientos de ti
Pobladas horas del desconsuelo de tu repetida pérdida
Iré por ti después de que el mundo deje de ser mundo
Porque sé que perdida quedará mi ánima por entre algún recodo de la vida
Y desde esa vida ya desaparecida querrá mi vida aún tener consigo tu vida
Tu vida siempre, igual que entonces, como un trozo de mi vida que en ella se contiene
Pasarán horas, días, siglos, tempestades, y nuestro recuerdo sobrevivirá en nosotros pese a todo a todo
Y no tendrá fin mi desconsuelo buscando tu consuelo, y no tendrá fin tu llanto llamándome
Como un triste lamento de una orfandad sin fin que fin tendrá sólo en mis brazos
Unos brazos desaparecidos que pese a no existir ya te darán de nuevo un abrazo de amor
Un abrazo de amor como entonces, como en ese entonces perdido, olvidado entonces del que bebe nuestro recuerdo
Como en un agua desaparecida que tanta tempestad no supo mantener, que tanto viento secó al fin
Dejando solo una imagen de ti y de mí que no sé bien dónde pervivirá ya sin nosotros
Porque tal vez sea eterna y se repita en otros nosotros nuevos, que tal y como entonces éramos nos resuciten del olvido y del tiempo

José Ramón Carballo
10 de junio de 2014


Esta noche vuelvo a nacer

Nacer un año más al mundo
Mirar por entre las ramas de los árboles el cielo
Deslumbrado por la intensa luz del sol
Nacer como cada año a la suave luz de los amaneceres
Al rojo carmesí de los atardeceres que nunca terminan
Al negro hondo de la noche que asusta y hace pensar
A todas las estrellas, a la luna, al canto del pájaro
Al sonido del agua, al ruido dulce del viento en las hojas de los árboles
Nacer un año más a mí, parte de todo ese universo que me acuna
Y me canta una dulce nana de amor entre sus brazos
Nacer por qué no, siempre nacer, o por mejor decir renacer
Aún siendo siempre el mismo siempre nuevo como nueva es cada nube
Como nueva es cada mañana, nunca idéntica a la anterior
Como nueva es mi ilusión por vivir cada día pese a todo
Aún a rastras, aún sin fuerzas, aún triste en ocasiones
Porque solo viviendo existo, qué tontería!
No tanto, porque solo existiendo vivo
Y de ese círculo no sé escapar porque no puedo
Porque si de él escapara perdería todo
Las nubes de algodón
El paisaje que me espera
El camino a recorrer
La lejanía que parece escucha ya mi voz
Aún antes de que a ella llegue
Porque seguramente a ella nunca llegaré

José Ramón Carballo
13 de agosto de 2014
(poema dedicado a Robin Williams en el recuerdo)

Calderilla

Yo te hubiera amado siempre
Pero tú no me quisiste nunca
Extraño misterio tal vez
O tal vez no
Y por qué no me quisiste , me pregunto
Por mi sinceridad, por mi amor, por mi ingenua entrega
Todo eso te pareció algo barato tal vez
Como una calderilla fácil de conseguir que desprecia cualquiera
No me quisiste por ser como soy
Tan esencialmente sincero, tan frágil, tan ilusionado
Todo era para ti poca cosa, aspirabas a más
A un Olimpo inalcanzable
En el que sólo tú reinabas
Lejos de mí
Pero tal vez algún día hoy lejano aún
Recuerdes, me recuerdes
Y entonces pienses que esa calderilla que yo fui para ti
En oro se habrá convertido
Cuando conozcas de verdad la vida
Y añorarás el no haberme escuchado siquiera no más
Todas mis palabras que para ti preparé
Y quedaron por siempre presas de mi corazón
Como suspiros que nunca pudieron volar
Olvidados sentimientos que murieron en mí
Sin tener nunca respuesta de ti

José Ramón Carballo
18 de agosto de 2014

Sostiene Carballo

Sostiene Carballo no creer en consejos
Teorías, ni ideas ajenas
Sostiene Carballo sólo creer en él
Tampoco cree que el hombre sea sólo su existencia
Sólo un loco puede pensar tal cosa
Eso sostiene Carballo también
Que dice creer en el alma, la reencarnación y la vida eterna
Vaya cosas en las que cree este Carballo!
Como loco le tratan cuando las cuenta
Pero él cree que locos son los demás, claro
Sostiene Carballo que aún cree en el amor pese a todo
Pese a todos, mejor dicho
Y sostiene además que sólo él cree ya en el amor
Así le va
También cree en la bondad, la comprensión, la ayuda
Pero en qué cosas cree este Carballo!
Sostiene él sin más que sin todo eso el hombre no es hombre
Y lo contrario parecen sostener los demás
Así les va y así le va a Carballo
Con todas las cosas que sostiene Carballo
Podría construirse un mundo nuevo
Un mundo en el que sólo él creería
En el que sólo él, Carballo, habitaría
Y eso ha hecho él, construirlo primero, habitarlo después
Sostiene Carballo que como mejor se está es solo
Pero en eso no cree demasiado, cree en ello pero poco
Porque cree en el amor y eso es incompatible con estar solo
Sostiene Carballo no creer en nadie
Sólo creer en él
Pero en eso tampoco quiere creer demasiado porque le produce dolor creerlo
Y sostiene que el mundo es una maravilla inimaginable, un milagro
Obra de Dios
Sostiene Carballo que Dios existe
Qué locura!, le dicen
Pero él no los comprende, le dan pena
Cómo pueden no creer en Dios?
Piensa Carballo
Cada día más solo en sus pensamientos
Es Carballo sin embargo cada día más feliz
Sosteniendo todo esto contra viento y marea
Sin hacer caso de consejos o razones
Que dice no comprender
Sostiene Carballo que le gusta ser Carballo
Que está enamorado al fin
Sí, claro, pero de Carballo
Y sostiene para finalizar
Que sólo Carballo puede hacerle feliz
Si Carballo se lo propone, claro
Que no siempre es así
Y hasta aquí todo lo que por ahora sostiene Carballo

José Ramón Carballo
24 de agosto de 2014

Mi pereza

Nada nuevo bajo el sol
Parece decirme mi pereza cada mañana al despertarme
Relájate, estate tranquilo, no te afanes por nada
Me cuchichea al oído mientras me desperezo en la cama
El sol sigue en su sitio, es verano aún, canta el ruiseñor como cada mañana
Me levanto al fin y salgo a la azotea a saludar al día, miro alrededor, belleza, sólo belleza veo
Nada más, nada menos, suficiente tal vez, me dice mi pereza al oído de nuevo
Compañera de mi vida mi pereza va venciéndome en la lenta batalla del vivir
Siempre estuvo ahí, esperando su victoria final sobre mí, triunfar sobre mi loca voluntad
Vencerme con su calma en la batalla del vivir cada día
Ella quiere que lleve una vida contemplativa, que no sea un hombre de acción
No me quiere luchando, me quiere pensando, sintiendo, emocionándome
Pero tranquilo, observador de la vida sin ser parte de ella, sin sufrir
Disfrutando solamente de todo aquello que no me vaya luego a hacer sufrir
No te da pereza?, me pregunta con frecuencia sobre algo o sobre alguien
Entonces me doy cuenta de que no debo forzarme si no estoy convencido de algo
Si no me motiva
Qué pereza, qué aburrimiento, qué pérdida de tiempo, me digo entonces
Y declino de mi propósito
Mi pereza depura en mí cualquier afán espurio, impuesto, al que me sienta obligado
Por compromiso sin más, por el qué dirán, por quedar bien tan solo
Y cuando de verdad conviene algo a mi voluntad mi pereza calla, desaparece, se esfuma
Y me mira triunfante con su sonrisa de plena satisfacción
Creo que mi pereza soy yo, en lugar de pereza debería llamarla integridad
Autoestima, amor propio, o tal vez solamente placer
O tal vez solamente vida verdadera

José Ramón Carballo
29 de agosto de 2014

Llegó el verano

Llegó el verano con su definitiva plenitud
Parece que en verano todo es inventado
Como si el universo fuera creado de nuevo
Y el sol apareciera por vez primera
Días de verano, anocheceres de verano
Noches de verano, amaneceres de verano
Miro y sólo veo su luz
Su ambarina, coralífera, iridiscente
Luz
Que en mis pupilas deslumbra
Es el sol, el eterno, tenaz sol
Y su pleno triunfo sobre todos nosotros
Que indolentes apenas comprendemos
El motivo del verano
De este verano
De cualquier verano

José Ramón Carballo
1 de septiembre de 2014

Diálogos de las cosas en el Palacio de la Granja

Un reloj como un pequeño péndulo
Que cuelga como una pequeña araña
Suspendida de un hilo de seda
Un tapiz muy antiguo con una virgen y un niño
Que dicen perteneció a Isabel la Católica
Un tapiz que parece decir hoy igual que ayer y que mañana
Dialoga el tic tac del reloj con el tic tac del tiempo
Del tiempo que se fue y quedó preso tal vez del tapiz
Donde orante una reina pedía un reino y un reino tuvo
A dónde fueron todos esos reyes que habitaron este palacio?
Dónde están que no oigo sus voces
Sólo oigo el tic tac del tiempo
Diminuta araña que todo lo acaba sin saberlo

José Ramón Carballo
12 de septiembre de 2004

Mañana

Me pregunto a dónde iré mañana?
Que será de mí mañana?
En cualquier mañana, en el mañana de cualquier día,
dónde estaré yo entonces, en esa hoy lejana porción de tiempo,
impredecible, incierta hora de un mañana diverso que me inquieta,
cuya duda aprieta mi alma como ciñéndola en un nudo de temor
que me hace imaginar ese hoy remoto, futuro mañana,
como una sombra que se avecina, una nube que habrá de llegar,
tal vez incluso un rayo de sol que me iluminará,
quién sabe, tal vez el mañana sea mejor que el hoy,
y en ese mañana viva al fin la dicha del amor,
un amor tal y como yo lo imagino,
como una ternura infinita compartida,
una alegría inagotable, una felicidad inextinguible. 

José Ramón Carballo
12 de septiembre de 2014.

Del libro de poemas Lisboa
Autor: José Ramón Carballo


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