martes, 4 de agosto de 2015

5 - NIEVE DE ABRIL (poemas 41 a 50).







Tu recuerdo

Inconstante tú
De días y noches
Repetidos incesantemente
En mi memoria
Que febril te busca
En aquellos recuerdos
Hoy buscados
Entre la maraña del tiempo
Para perderte de nuevo
En el fino hilo de tu recuerdo
Ya tu voz no me llega
No me miras desde ese lejano tiempo
Y tu sonrisa no existe
Estás serio en mi recuerdo
Callado y firme
Aguantas el paso del tiempo
Que sobre tu frente pasa
Marchitando tus pensamientos

Amor eterno

Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Por ti muero y renazco
A la dicha de tenerte
Junto a mí por siempre
Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Tu hermosa mirada
Apacigua mi alma
Me llena de amor
Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Si me quieres o no me pregunto
Te miro a los ojos
Me dices que no
Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Me rompes el alma
Sin ti me muero
Te amo dulce corazón
Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Dónde iré con este amor
Que tú no quieres
Dónde iré con mi corazón
Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Hoy como ayer como siempre
Te digo te quiero
Porque sin quererte no se ya vivir
Deseo perpetuo
Eterna vida
Amor eterno
Calma total
Perdido en el cielo
Mi amor se eleva
Dios lo recoge y al fin se va
Deseo perpetuo
Eterna dicha
Amor eterno
Calma total

La noche

Tu piel
Ese delirio de seda
Que cada noche se me entregaba
Tibia
A mis labios calientes
Febriles de amor por ti
Amor
Estruendosa pasión
Que yo escribía en tu piel
Rosada piel de seda
Que entre mis dedos deshacías tu realidad
Devolviéndome cada noche a la dicha de quererte
De ser tuyo
De contener toda mi alma en ti
Tus ojos me acariciaban
Con la dulce caricia del amor
Tus labios me hablaban sin palabras
Tus manos encendían en mí
Una hermosa y tranquila
Pasión por ti
Hoy cada noche te recuerdo
Miro tu foto
Nuestra foto
Aquella en que estamos juntos
Y me duermo pensando
Que aún hoy dormirás a mi lado
Y escucho cada noche las olas de tu respirar
Y a la orilla de tu cuerpo
Veo la marea en retirada de tu alma
Que perdida va en el horizonte azul
Sin detenerse nunca
Hacia una mañana
En la que ya no estoy
Junto a ti

Poeta enamorado

Tonto poeta
El amor te apresó
Absurdo poeta
¿Dónde te llevará el amor?
Solitario te quedarás algún día
Cautivo del recuerdo
Preso de tu devoción
Poeta, mejor ser libre
No ates tu corazón
Déjale ser tuyo sólo
Aventúrate en la vida desnudo
Con la desnudez del hombre libre
Puro de sentimientos desinteresados
De amor por todo
Blanco de dicha
Radiante de esperanza
El futuro te aguarda

Imaginación

Uno sigue vivo gracias a la imaginación
Uno imagina que es feliz y sigue viviendo
Imagina que le aman aunque nadie le quiera
Va como soñando su imaginaria vida
De hombre feliz, satisfecho
Y al perder hoy en ti mi mirada
He sentido lo que es ser feliz de verdad
Ser feliz es ser querido por ti
Mirarte cuando me miras
Quererte cuando me quieres
Sentir el peso de tu alma liviana sobre la mía
Y volar hasta el cielo contigo
Para tocar las estrellas
Y de ahí no bajar ya nunca
Me hiciste despertar al fin a una nueva vida
Junto a ti
Gracias amor
En el recuerdo del que fui
Quedaron atrapados
Los días imaginarios
De mi imposible dicha sin ti

Ruinas I

Perdido al anochecer en las ruinas de Hierápolis
Sobrecogido por el silencio
Bajo la luz de la luna y el reflejo del sol ya desaparecido
Recorrí el cementerio de losas movidas por los terremotos
Y en sus negras oquedades vi el destino final de toda lucha
Seguí caminando hasta el anfiteatro
Por su estrecha y oscura boca
Entré en su círculo coronado por la esfera de plata de la luna
Allí contemplé por primera vez el tiempo único e inmaterial
Otro tiempo diferente del que discurre en los relojes
Sustancia que nunca cambia
Y tuve la impresión de que yo era todos los hombres en uno
Y que aquella solitaria noche
Todas las noches de la antigüedad me acogían en su silencio
Cuando volví junto a ti
Supe que un día igualmente seríamos recordados tal vez
Olvidados y antiguos
Como aquellas ruinas de Hierápolis

Ruinas II

Estruendosa vida
Que bajo mi ventana cantas
Hierápolis, plateado silencio
Luna llena de vidas pasadas
De amores olvidados
De luchas fracasadas
Hierápolis, antiguos afanes
Quimeras imposibles
Humanas pasiones
Que hoy son ya nada
Hierápolis, suave brisa de anochecer
Sol ya apagado
Y luna ascendente
Que ilumina mi frente
Hierápolis, ¿me recuerdas?
Soy el viajero aquél
Que un día llegó a tu confín
Para rendirte el alma
Hierápolis, antigua ciudad devastada
Roma rendida al fin
Siglos y siglos después
A mi débil mirada de hombre

Tu belleza

Tu belleza me hace feliz
Me ilumina el alma
Miro tu rostro
Y me veo reflejado
Hermoso como tú eres
Tu belleza me hace ser mejor
En la dicha de contemplarte
Se me llena el alma de aire puro
Renuevas en mí la alegría de vivir
Cada día
Me eleva tu belleza
Veo a través de ti la eternidad
Como si de un dios se tratara
Tu sola presencia
Me hace sentir mejor
Puro y feliz de tenerte
Siempre junto a mí
Cada día

Me enamoré de ti

Se enamoraron de ti las nubes
Se enamoraron de ti las flores
El agua azul de los torrentes
Las copas de los árboles
El trino de los pájaros
El sol las mañanas
Las estrellas
Se enamoró de ti la noche
Y la mañana te quiere cortejar
Se enamoró de ti el cielo
Todo se enamoró de ti
Se enamoró de ti Dios
Y al fin
Inevitable
Me enamoré de ti yo

Ebrio de ti

Tanto amor no me cabe ya en el pecho
Va a estallar
Me emociona tu presencia
Arde en mí el fuego de la pasión
Al contemplarte
No hay quién te pueda querer más
Te miro y me sorprende
Ver en ti siempre el reflejo de mi amor
En el campo abierto de tu alma
Me embriaga el olor del perfume de tu amor
Desde tu lejana presencia
Ebrio de ti lucho por sobrevivir sin ti
Cuando junto a mí no estás
Y espero, espero tu llegada siempre
Para contemplar en ti
Una y otra vez
La dicha de tenerte

Nieve de abril (poemas 41 a 50)
José Ramón Carballo


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