Lo que yo
escribo no es poesía sino la expresión de la sensibilidad que me acompaña las
24 horas del día. Sentimientos que me suelen abandonar cuando me rodeo de la
cotidianidad humana, tan alejada normalmente de la naturaleza que ni yo mismo
me reconozco.
Por eso te
animo tantas veces a que abandones la vulgaridad del trabajo y lo cambies por
el mejor de los destinos, la naturaleza.
En la
naturaleza no se habla de desperdicios, ni de muerte, ni siquiera de
injusticia. Allí está tu sitio, es como la última parada del tren antes de
descarrilar. Leopoldo Panero descarriló hoy por no bajarse del tren en el andén
que le esperaba y dejó pasar.
Bájate del
tren, si quieres que la poesía no te descarrile.
The crazy
cabra
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