El reencuentro entre Cony y Brown fue una verdadera
catarsis, Brown, a la vista del pertinaz alejamiento de Cony, de la falta de
respuesta, decidió presentarse a verla en su pueblo, un pequeño villorrio a las
afueras de Vancouver, cuando Cony le vio se quedó aterrada, su rostro reflejaba
pánico, terror, remordimientos, toda la falsedad y la mezquindad habían anidado
en ese rostro aún amado no obstante por Brown, parecía el anticristo, aquello
no era una cara, era un via crucis, dieron un paseo alrededor del hotel en el
que Cony trabajaba de camarera, cuando el gran jefe se la quitó de encima de la
sede central de la empresa la confinó allí en castigo, Cony vegetaba alejada
para siempre del centro de poder de la empresa, ella que era tan ambiciosa se
quemaba en la desesperación de ver pasar los años, los días, los meses, de ver
pasar el tiempo entre esas paredes del hotel en el que trabajaba en tareas
rutinarias y serviles, esclavizada por sus jefes y por los clientes, Brown la
miró y sintió un reflejo de la antigua pasión en su interior, pese a su aspecto
tan ajado seguía manteniendo intacto el atractivo, la seducción, el sex appeal,
que siempre había tenido para Brown, es más, aquel nuevo aspecto excitaba aún
más si cabe el deseo de Brown, como si de una nueva variedad del morbo se
tratara.
Dieron un paseo alrededor del hotel por los jardines, Brown
pensaba haberse quedado a solas con ella en algún lugar solitario, pero no fue
posible, Cony insistió en quedarse en una zona bastante concurrida con el
pretexto de que no podía ausentarse por mucho tiempo del trabajo. Llevaba
puesto el uniforme de camarera, Brown se imaginó que debajo del uniforme estaba
el delicioso cuerpo de ella desnudo, su piel, su sexo, miró sus labios
entornados, sus seductores ojos, su piel de seda con ese tono rosado tan
excitante, y súbitamente rememoró sus encuentros, aquel uniforme de trabajo le
recordaba a otro, el uniforme de enfermera que Cony se ponía para él cuando
hacían el amor en su despacho, así decían que jugaban a los médicos.
Cony sintió miedo ante Brown, temió que la agrediera de
alguna manera, fruto de su mala conciencia estaba asustada, y Brown lo notó,
Cony estaba en lo cierto aunque se quedaba corta en sus apreciaciones, Brown
bajo su apariencia tranquila, sus educadas maneras, su simpatía, había ido en
realidad a matarla, en el bolsillo derecho de su pantalón llevaba un cuchillo
para abalanzarse sobre ella y darle un súbito golpe definitivo y mortal, pero
no pudo hacerlo, había demasiada gente, algunas personas además se pararon a
saludar a Cony durante su paseo, Brown consideró muy poco prudente el hacerlo
en ese momento, sus planes se vinieron abajo, pero hubo un momento en el que la
rabia le pudo y metió la mano en el bolsillo del pantalón para sacar el
cuchillo y clavarle la daga, le daba igual todo, le daba igual acabar preso, le
daba igual el escándalo, le daba igual su conciencia, hubo un momento en el que
por un instante la mirada y la mente se le nublaron, Cony notó que se quedaba
frente a ella inmóvil con una mirada muy rara, como ausente y sintió terror,
pero en el último momento, sintiendo ya el frío metal del cuchillo en su mano
dentro del pantalón, la miró y se dio cuenta de que aún la amaba, de que la
amaba tanto que no podía matarla, era incapaz, prefería matarse a sí mismo
antes que a ella, era tanto su amor…
Y en ese justo momento en lugar de clavarla el puñal en el
cuello como había pensado, se abalanzó sobre ella y la besó, y ella le devolvió
el beso con pasión…
(continuará)
Brown desde Vancouver
Capítulos anteriores:
La verdadera historia de Cony y Brown (1). Brown no quería ya a Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (2). La puta barata de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (3). La mayor enemiga de Cony era Tipi.
La verdadera historia de Cony y Brown (4). El superjefe usaba botines rojos con hebillas.
La verdadera historia de Cony y Brown (5). Robert y Philip eran muy amigos en apariencia.
La verdadera historia de Cony y Brown (6).También estaba Penyc, el cubano.
La verdadera historia de Cony y Brown (7). El marido de Cony.
Próximas entregas:
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
Capítulos anteriores:
La verdadera historia de Cony y Brown (1). Brown no quería ya a Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (2). La puta barata de Cony.
La verdadera historia de Cony y Brown (3). La mayor enemiga de Cony era Tipi.
La verdadera historia de Cony y Brown (4). El superjefe usaba botines rojos con hebillas.
La verdadera historia de Cony y Brown (5). Robert y Philip eran muy amigos en apariencia.
La verdadera historia de Cony y Brown (6).También estaba Penyc, el cubano.
La verdadera historia de Cony y Brown (7). El marido de Cony.
Próximas entregas:
9 - Ellos jugaban a provocar.
10 - Hacer el amor con Cony.
11 - La muerte de Cony.
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