Hay una interesante exposición de pintura en el palacio de Velázquez del Retiro de pintura de los años 70-80, la verdad es que entré por casualidad, paseaba el sábado por el Retiro y la vi, entré con pocas ganas, pero me quedé sorprendido, aparte de la belleza del palacio de Velázquez con una hermosa luz reflejada desde sus claraboyas que hacían resplandecer los cuadros con sus mejores colores.
Vale la pena, de todos los cuadros si me dejaran llevarme alguno me llevaría, sin dudarlo, éste, lógico, soy un romántico empedernido aunque quiera negarlo en ocasiones, el beso..., creo que no necesita explicación, pone el énfasis en algo tan inexplicable como es el beso, ese punto en que se cruzan la materia y el espíritu, el punto menos material de la materia y menos espiritual del espíritu, del amor.
El beso, podría decirse, que es la esencia del amor mismo, y creo que el pintor lo refleja muy bien como si se tratara de un punto geográfico, el lugar en el que se encuentran los labios, el lugar en el que el amor choca con el amor, a partir del cual comienza el cataclismo del amor.
el paseante
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