La corbata, complemento clave en la vestimenta clásica masculina, esencial, e inútil desde el punto de vista práctico, no así desde el punto de vista estético, aunque cada vez menos, se lleva ahora prescindir de la corbata para dar una imagen más juvenil y desenfadada, menos formal, en la foto el modelo luce un look clásico cien por cien, sin guiño alguno a cualquier atisbo de modernismo, lo cual resulta sumamente seguro a la hora de resultar elegante, sin estridencias, aunque no para resultar chic, lo chic es la ruptura de la norma aún dentro de la norma, improvisando, innovando, transgrediendo, ejemplos clarísimos de una elegancia chic fueron tanto el Duque de Windsor como Gianni Agnelli, en el ámbito de la elegancia más clásica y ortodoxa están los banqueros que deben transmitir esa “normalidad” tan fiable a la hora de manejar el dinero, los políticos son más bien eclécticos y antitéticos a la elegancia algunos de forma deliberada, hay de todo, más cercanos a un look de profesor universitario en general.
La
corbata es el mensaje, la esencia de una vestimenta clásica, esencial su
coordinación con el traje, aunque si ambos son de hechura clásica no habrá
problema, se acierta seguro, difícilmente se encontrará una corbata de Hermés
que no combine con un traje de Savile Row, o con un traje italiano de diseño
clásico.
Para
trajes nada como los ingleses en la más pura ortodoxia y los italianos en una
heterodoxia-ortodoxa dentro de un estilo menos rígido pero igualmente elegante,
con ambos las corbatas de estampados clásicos combinan a la perfección, si bien
las corbatas inglesas lucen perfectas con los trajes ingleses exclusivamente
por sus motivos mucho más marcados, y las italianas con los trajes italianos
por su diversidad, colorido y fantasía, son las francesas el término medio que
combina con ambos estilos, un término medio de buen gusto y originalidad sin el
más mínimo exceso.
Que
se fijen en uno y al momento pasar desapercibido, que vean a la persona a
través de la vestimenta y que ésta no la eclipse, la clave del bien vestir,
clave igualmente aplicable especialmente en los complementos como la corbata,
el cinturón y los zapatos.
Pero
para la corbata se necesita un especial cuidado al estar más a la vista y tener
en variedad de estampados y coloridos una gran variedad, lo cual hace
imprescindible coordinarla con el traje y la camisa para lograr una armonía y
resaltar el buen gusto del que la lleva.
La
corbata como mensaje en el leguaje de la vestimenta clásica masculina, una
frase corta que inicia la narración y es clave en la interpretación del
conjunto.
Una
primera y rápida impresión fugaz, inconsciente, lenguaje sin palabras pero lenguaje
que transmite un mensaje que es percibido por el observador y supone un juicio
sobre el atuendo que se proyecta sobre su portador, como una primera aproximación
formal a su gusto y a su forma de ser.
El
paseante
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