martes, 10 de diciembre de 2019

Imcomprensible situación política.





Incomprensible situación política, sobre todo si se mira desde la óptica bipartidista que es la única que hasta ahora conocíamos, pero la situación es más complicada, la fragmentación del Congreso y el problema catalán que, queramos o no reconocer, existe, hace que no se comprenda bien nada, pero con los mimbres existentes hay que intentar hacer el cesto de un gobierno, todo problema puede ser una oportunidad de mejora, en este caso si un problema larvado entra en una vía de resolución, porque el problema, sea cual sea su causa, existe, no cabe duda, hay un territorio dentro de España que tiene ahora mismo una relación problemática con el Estado, puede parecernos que es algo sin fundamento, fruto de una manipulación, algo perjudicial para todos, darnos rabia que exista, negarlo, querer aplastarlo, pero existir existe.
Se trataría de desactivarlo de alguna manera analizando qué parte es razonable y asumible y qué parte no por el resto de España, establecer límites pactados y dentro de ellos tratar de articular una nueva relación.
Muchas quejas y reproches van dirigidas al Presidente Sánchez pero hay que analizar por qué hemos llegado hasta este punto y concluir que él no es sino un rehén de todo lo sucedido anteriormente a su llegada y que con posterioridad a ella tampoco sus posibles aliados se lo han puesto fácil, más pendientes de rédito político que de gobernabilidad, deberían hacer un acto de generosidad y dar luz verde a un gobierno que al menos desde la estabilidad busque soluciones de consenso para con todos sobre todos los temas.
No creo que sea ninguna bicoca gobernar España en estos momentos, en ningún momento lo sea seguramente, pero ahora tal vez menos que nunca, hubo momentos mucho más difíciles como la transición o el terrorismo, pero es verdad que al menos entonces había consenso, algo que ahora se ha roto si bien empieza a atisbarse algún movimiento, sirva como ejemplo el cambio de actitud de Ciudadanos ofreciendo sus votos, debería cambiar de actitud también el PP si es que el pacto con independentistas y Podemos no saliera adelante.
Por otro lado, está el tema Podemos, algo así como que viene el coco, qué miedo, también pasó eso cuando ganó Felipe González las elecciones con nada menos que 10 millones de votos, y luego la cosa fue rodando y vino a demostrar la madurez y solvencia del sistema, ahora no hay 10 millones de votos para nadie, pero sí diferentes sensibilidades, y una mayor sensibilidad social en el gobierno nunca viene mal.
No sé si para navidad, fin de año o comienzo de año, pero creo que habrá gobierno seguro, esa impresión tengo viéndole la cara a Rufián, tan serio y circunspecto que no parece él, y la sonrisa de Pablo Iglesias, tan serio antes, tan risueño y comunicativo ahora hasta con sus enemigos políticos.

El paseante


Rivera end.




Es el político más marketiniano de todos, es como un producto que se anuncia para que lo compres, todo el ímpetu y el atrevimiento que ha tenido para promocionarse ahora le ha valido estrellarse, pero parece que no está muy afectado por el fracaso, tan disparatada ha sido su actitud últimamente que se diría buscaba marcharse y esta era la mejor coartada, el fracaso.

Son impresiones, pero lo que me transmitía era poca seriedad, poco rigor y coherencia, mucha improvisación y acelere, lo contrario a lo que uno busca en alguien para que gobierne, una madurez, un equilibrio. El último adoquín que exhibió en el debate electoral fue su ruina, esa visión puso en claro que más que pretender resolver los problemas pretendía siempre vender el producto a toda costa.

No me imagino una entrevista en profundidad con Albert Rivera, poco calado, y me pasa lo mismo con Inés Arrimadas, son muy frontales, poco sutiles, escasamente comprensivos, muy impositivos, los problemas se resuelven escuchando y hablando, sus estrategias de choque no tienen mucha cabida porque no resuelven los problemas, sucede lo mismo con Cayetana, está en la misma onda, provocación y resistencia numantina, la política como una guerra cuando una sola palabra adecuada y en el momento justo hace más que cualquier enfrentamiento.

Va en formas de ser, a mí me parecen políticos muy superficiales, muy del momento, coyunturales, el mismo estilo de Vox, se oponen a todo lo que hasta ahora ha constituido la esencia de nuestro sistema político en cuanto a ideas y convivencia pacífica, son exaltados.

Va en gustos, confío más en otro tipo de políticos de menos artificios, más templados, sensatos, más analíticos, reflexivos, coherentes, más circunspectos también, sacar un adoquín en un debate televisado no es serio, es una astracanada, una boutade, que rebaja la política, la degrada, ese adoquín ha sido el fin de Rivera, una imagen vale más que mil palabras y le ha costado el puesto.


El paseante


miércoles, 30 de octubre de 2019

Sentencia del proces.





Ni mucho ni poco, un término medio, parece decir la sentencia, parece una graduación de la pena previa, a la cual se ha adaptado su contenido, el de la sentencia, para justificarla, y en esa justificación es donde se embarra todo, ¿cómo es posible condenar a 13 años de prisión a alguien por una simple ensoñación?, ¿y cómo se justifica que la violencia callejera tiene su origen en ese alguien que es condenado?, no se condena sin embargo a todos aquellos que ejercieron la violencia en las calles, una violencia que comparada con la de ahora fue un juego de niños, sin embargo ahora al que la alienta desde las instituciones ni se le detiene. Los recientes acontecimientos en las calles convierten la sentencia en discutible cuando menos, es mucho más grave lo de ahora y no hay reacción por parte de los poderes, reacción para exigir responsabilidades me refiero.
Todo el cuerpo legal que aprobó el independentismo en el Parlamento para declarar la independencia quedó en simple ensoñación transcrita, eso parece, por tanto, de rebelión nada, ésa era, sin embargo, la prueba fundamental de la rebelión, todas esas normas.
Un lío, primero Rajoy dejó ir las cosas hasta el límite, y cuando llega al límite se lía a palos, y ahora la sentencia viene a intentar parchear la situación sin crear alarma social e intentando congraciarse con todos, un término medio, que a nadie satisface sin embargo y que enciende al independentismo.
Pero si mantienes prisión provisional durante dos años tampoco puedes ahora dejarlo todo en desobediencia y malversación, que es, sin embargo, lo que mejor casa con una ensoñación.
Sinceramente no creo que ellos pensaran que lo de la independencia iba en serio, tan tontos es imposible que sean, simplemente quisieron generar un estado de alarma y ante el panfilismo del gobierno de entones ver si colaba o si se sentaban a negociar al menos.
Creo que las penas de cárcel se irán diluyendo como un azucarillo en el café más pronto que tarde mediante beneficios penitenciarios y que en las sucesivas instancias de los recursos se desactivarán totalmente, y saldrán absueltos porque ya no habrá habido ni siquiera desobediencia o malversación al no haber sido contempladas éstas en la sentencia primera, que es lo que de forma más clara en realidad hubo como mínimo.
Por otro lado, el azucarillo en el café también es aplicable a la desactivación del radicalismo, sólo a través de la toma de conciencia de la mayoría de la población catalana de los peligros y de las urnas se irá saliendo de este atasco institucional, social y político, por eso el President no quiera convocar elecciones, porque no las tiene todas consigo.
La papeleta es una papeleta heredada desde mucho tiempo atrás, la táctica del avestruz de los gobiernos nacionales desde siempre y el consiguiente envalentonamiento del independentismo.
La mayoría quiere orden y paz, no revoluciones que no traerían más que penurias, véase el ejemplo del Brexit, ésa pretendida independencia de Gran Bretaña que por unos sucesivos e inconscientes deslices políticos sin rumbo tiene bloqueado un país.

El paseante