¿Qué
puedo decir?
El
desamor, depende...
Desamor
es dejar de sentir amor por alguien, y también que alguien deje de sentirlo por
ti, si es mutuo es menos doloroso, el problema es cuando uno de los dos sigue
enamorado...
Entonces
el desamor es sumamente doloroso, pero tú, sombra, sabes poco de desamores aún,
eres muy joven y sólo el alma que ha vivido ha probado la amarga cicuta del
desamor.
Veneno
mortal en ocasiones, que llama al suicidio, y no es desproporcionado hablar
así, te lo puedo asegurar sombra.
Sin
amor es difícil vivir, más bien se malvive, y cuando se ha tenido todo es
difícil conformarse con nada, porque nada tiene el amante que es abandonado por
el amado, ni nada le interesa, sus afanes se concentran en el ansia por volver
a estar junto a su amado, ahí concentra toda su energía, sus fuerzas, su
ilusión, su imaginación, y nada quiere saber del resto si no es para colaborar
en esa su misión de vuelta hacia su amado.
Sombra,
eso es así, ya lo vivirás y recordarás mis palabras que ahora están seguro
vacías de significado para ti.
Juegas
con el desamor porque desconoces su poder devastador .
Pero
no juegues mucho no te vayas a pillar los dedos...
Yo,
sombra, he sufrido el cruel desamor y he ardido en la hoguera de la
desesperación, ¿te sirve esto?
No te
sirve, ya veo, es poco para ti.
Te
diré más, sombra, en una ocasión llegué a pensar quitarme la vida.
¿Es ya
bastante, sombra, o aún no lo es?
Estaba
ciego de amor no correspondido.
¿Tienes
ya bastante, sombra?
Veo
que no, que te suena a novela romántica, que hasta induce en ti una risa
incontrolable, como si ese tipo de amor fuera ridículo, enfermizo, grotesco,
repudiable.
Pero
sombra, no te apiades de mí, en tu ignorancia soy yo el que me apiado de ti,
porque sin haber vivido ese desamor no serás nunca una persona completa.
Verás,
sombra, el hombre viene al mundo a vivir la experiencia del amor en toda su
intensidad y en todas sus consecuencias, y la marca que deja en él esa
experiencia es la que le da forma para todo el resto de su vida, ése es,
sombra, el germen de lo humano, su esencia, su razón de ser, el motor de todo
lo que concebimos como humanidad.
El
amor, el desamor, diferencian al hombre del resto de las especies.
Tal
vez tú seas más como un pez, como una planta, un árbol, ni siquiera eres como
un perro, un gato, o un delfín, sombra, porque hasta ellos sufren de amor y de
desamor, y es que cuanto más evolucionada está un alma y más cerca de Dios está,
más capaz es de amar y de sentir por tanto el cruel desamor.
el
paseante
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