Blog dedicado a reflejar mi trayectoria vital y mis reflexiones.
viernes, 2 de marzo de 2012
Carta abierta al lector del blog (repetición).
No hace falta que te tapes la cara, tampoco soy tan pesado, pero me gusta sentirte cerca, notar tu presencia, sentir tu tacto sobre mi piel. Todo ello en sentido metafórico, claro, sin compromisos serios, tú por tu lado y yo por el mío, respetando las distancias.
La comunicación eficaz es una cuestión de distancias, y las distancias una cuestión de límites, el vivir en sociedad es precisamente eso, respetar los límites. Pero para saber a qué atenernos tenemos que saber qué límites queremos tener.
Sin límites las relaciones personales se desbaratan y acabamos todos amontonados, como diría Baroja, y tampoco se trata de eso porque el "amontonamiento" barojiano tiene una clara connotación sexual, y tampoco vamos a llegar a esos extremos, el paseante ya no está para muchos trotes.
Lo cierto es que como ya te he dicho a mí me pone tu presencia, y me pone sobre todo porque no te conozco, porque eres anónimo, en este ejercicio de exhibicionismo por mi parte y de voyeurismo por la tuya, tenemos un pacto tácito según el cual tú te dedicas a mirar por la cerradura mientras yo voy desnudándome unas veces y vistiéndome otras, pero disfrazándome siempre esté desnudo o vestido, siendo cada vez alguien diferente y por eso mismo siempre el mismo, más auténtico en cuanto más disímil sea de mí mismo.
Multifacético, poliédrico, caleidoscópico, contradictorio, versátil, ambiguo, el blog, reflejo de la vida, reflejo de nosotros, va avanzando día a día, con metereología cambiante como el tiempo, ése es su interés, la variada fluctuación, la imprevisibilidad, la inconstancia, la sorpresa.
En el cielo del blog todo va teniendo reflejo, te guste o no, te guste más o te guste menos, querido lector, el placer de poder mirar siempre es precisamente eso, un placer, igual que el placer de poder mostrar lo es para mí.
Y si decides mostrarte a través del blog bienvenido seas, a tu disposición.
En este mundo de prisas, de frenética actividad, de entrecortados momentos de felicidad, en este mundo de aburrimiento, repeticiones, frustraciones, en este mundo de desgracias, de precaria vida que pende siempre de un hilo y de más precaria aún felicidad, en este mundo, digo, es bueno tener refugios, lugares en los cuales alguien nos haga una caricia, como si fuera una madre comprensiva que todo lo arregla con la dulzura de su tacto.
Entre la brutalidad indiferente del mundo estamos tú y yo, querido lector, frente a frente, separados por el espacio, huérfanos en el mundo, paseantes de un momento de eternidad, y nos damos la mano en la distancia, nos sentimos solidarios y comprendidos en el pensamiento, amigos en nuestras ensoñaciones, pobladores del mundo de ficción, del universo inventado de los sentimientos, que es, en definitiva, el universo más real que conozco.
Y gracias al blog, y gracias a Blogger, y a Google, por la generosidad de poner una herramienta tan útil al alcance de cualquiera, y en este caso al alcance de el paseante y de su lector.
No pretendo agradarte o desagradarte, pretendo compartir contigo la experiencia de la vida, nada más.
Recibe un fuerte abrazo,
El paseante.
Noviembre 2011.
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